¡Hola amig@ cociner@! En esta ocasión te traigo unas deliciosas patatas bravas caseras y fáciles. Esta tapa se cree que es de origen madrileño y la puedes encontrar por todo el territorio español, no hay bar que no tenga patatas a la brava como aperitivo, y no me extraña porque están de rechupete.
Te voy a desvelar un secreto, me encanta ir de compras al centro de Madrid con mi hermana (la decoradora de La Mansión), mi cuñada (la bibliotecaria de La Mansión) y mis amigas y cuando estamos reventadas de dar tantas vueltas nos vamos a la terraza de un bar muy conocido en Madrid por sus patatas bravas, cerca de La Puerta del Sol, y nos pedimos unas raciones de patatas y oreja con su buena salsa brava y unas claras muy fresquitas que nos sientan de maravilla.
Pero no hay nada como prepararlas con una buena receta original de patatas bravas, como la que te voy a enseñar en este post. Porque como ya sabes la salsa es muy importante y hay que darle ese punto picantito, sin pasarse, pero también lo son las patatas ya que tienen que quedar crujientes por fuera y blanditas por dentro. Madre mía se me está haciendo la boca agua y es que este plato me vuelve loca. Así que guarda esta receta a buen recaudo para que puedas preparar en casa unas aútenticas patatas bravas en su punto.
Ingredientes:
- 3 patatas grandes
- 1/2 kg de tomate natural triturado
- 1 cebolla
- 1 diente de ajo
- 2 cayenas
- 1 cucharada sopera de harina
- 1 cucharadita de azúcar
- 1 cucharadita de pimentón picante o dulce
- 1 cucharadita de colorante
- 1 chorrito de vinagre
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
Patatas bravas: videoreceta
Cómo hacer las bravas paso a paso
- Lo primero es pelar y lavar las patatas. Córtalas en trocitos irregulares de unos 3×3 cm para que coja mejor la salsa.
- Pon una cazuela al fuego con agua y cuando esté hirviendo las cueces 5 minutos para que se ablanden y pierdan el almidón. En el momento que estén hechas las pones a escurrir y las dejas enfriar, mientras preparas la salsa.
- Pela y pica la cebolla en trocitos medianos. Rehógala en aceite a fuego lento.
- Pela y corta el ajo en rodajas gorditas, lo incorporas a la sartén junto con la cebolla y también echas las cayenas.
- Cuando la cebolla esté pochada, agregas la harina y remueves para que no se hagan grumos. Pon la cucharadita de pimentón y apaga el fuego para que no se queme. Remuévelo otra vez.
- Acto seguido añades el tomate, la sal (al gusto), el azúcar, el colorante y lo revuelves bien. Echa un chorrito de vinagre y cuécelo todo 15 minutos a fuego lento moviendo de vez en cuando para que no se pegue.
- En el momento que la salsa esté templada la pasas por la batidora. Si ves que está muy espesa puedes agregar un poco de caldo de carne y seguir batiendo hasta que esté a tu gusto.
- Ahora vas a freír las patatas en varias tandas a fuego medio 5 minutos para que se hagan por dentro. Pasado este tiempo, sube el fuego y las haces 2 minutos para que se doren por fuera.
- Cuando estén amarillitas con los bordes doraditos las pones en un plato con papel de cocina para que absorban el aceite sobrante. Para emplatarlas, las colocas en la bandeja que las vayas a servir, les echas sal y las cubres con la salsa brava.
Y a disfrutar de tus patatas bravas. ¿Cómo puede ser que un plato tan fácil y barato esté tan bueno?
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