Despertarnos por la mañana repletas de fuerza y energía es importante para atender a todas nuestras responsabilidades. Sabemos que, aunque no imprescindible, la productividad es una de las cosas que más nos hacen sentir bien. Y para ello, debemos ser constantes y persistentes con algunas rutinas de ejercicio. Y la práctica de yoga puede ayudarte muy bien con este propósito.
La práctica de yoga te ofrece todo un amplio abanico de posibilidades aptas para todo tipo de personas. Lo bueno es que tú misma puedas regular y elegir el tipo de intensidad que necesitas en cada momento. Eso sí, si lo que quieres es mantenerte fuerte y no tienes demasiado paciencia o tiempo para las largas sesiones de entrenamiento, hoy te propones cuatro posturas sencillas de yoga para fortalecer cuerpo y mente.
Cómo una secuencia de yoga desarrolla la fuerza y el equilibrio
No te vas a volver más fuerte y resistente en una sola clase de yoga, porque nuestro cuerpo solo se fortalece en respuesta al movimiento repetitivo y a la consistencia, es decir, con rutina. Pero tampoco hace falta que todos los días hagas hora y media de intensos ejercicios. El yoga es una práctica que te permite en tan solo 10 minutos de yoga fortalecer tu musculatura, flexibilizar la espalda y conseguir un poco más de resistencia y equilibrio mental. Porque al final, siempre es mejor la calidad en las posturas y la rutina que la cantidad.
Además de que la práctica regular de yoga te puede traer resultados físicos a corto plazo, lo que es aún más importante si cabe es que te aporta algo que no se percibe a simple vista: la resistencia mental y la fuerza de voluntad que te da si consigues adaptarte y engancharte a esta rutina tan beneficiosa.
La mente es la dueña del cuerpo. Las posturas físicas, o asanas, requieren que aprendamos a enfocarnos a través de la respiración y estar presentes en el momento con cada movimiento. Cultivar este tipo de fuerza beneficia todos los aspectos de la vida. Y requiere paciencia, práctica, consistencia, concentración y una secuencia confiable de poses que te desafíe pero sin abrumarte.
4 posturas de yoga para desarrollar la fuerza
Una práctica de yoga consistente y equilibrada permite que tu cuerpo se vuelva aún más fuerte y tu mente permanezca equilibrada y estable. La siguiente secuencia que os proponemos desafía tanto al cuerpo como a la mente y funciona como una práctica de movimiento cotidiana. Así que, si integras las siguientes poses de yoga, conseguirás en poco tiempo desarrollar fuerza y equilibrio.
1. Postura de la silla
Comienza en Tadasana o postura de la montaña, es decir de pie con los pies a la altura de las caderas. Sitúate en la parte delantera de la colchoneta con los dedos gordos de los pies juntos o ligeramente separados. Mantén las piernas activas, los hombros hacia atrás y el cuello en línea con la médula espinal. Inhala y levanta los brazos por encima de la cabeza, paralelos entre sí.
Exhala, dobla las rodillas y baja las nalgas como si estuvieras a punto de sentarte en una silla. Mantén las rodillas ligeramente por encima de los dedos de los pies, el pecho abierto y la mirada hacia adelante o un poquito hacia arriba. Tus glúteos y piernas deben permanecer activos. Si ves que tienes alguna molestia en el hombro, lleva las manos hacia las caderas.
2. Pose del guerrero II
Desde la postura de la silla, inhala y da un paso hacia atrás con el pie izquierdo y hazlo girar un poco hacia adentro o, incluso, paralelo al lado corto del mat. Abre los brazos de par en par y paralelos a la esterilla. Pon tu rodilla derecha en línea con el tobillo derecho y mueve tu cuerpo de forma que mires hacia el lado ancho de la esterilla, con las caderas y la pelvis en una posición neutral. Lleva los hombros hacia atrás y hacia abajo, de modo que tu pecho esté abierto. Crea longitud en tus brazos y mantén tus hombros alineados entre sí. Enfoca tu drishti o tu mirada en tu dedo corazón.
3. Postura de la estocada alta
Desde la pose del Guerrero II, inhala, sube los brazos hacia arriba y y mantente en los dedos de los pies izquierdos. Gira hacia la parte delantera del mat, mientras subes los brazos del todo a la altura de tus orejas. Después lleva de nuevo los brazos separados a la altura de los hombros, aunque si tienes alguna molestia, llévalos a las caderas. Mientras exhalas, mantén el equilibrio en la postura. Inhala y abre el pecho mientras bajas los brazos. Exhala y presiona las caderas hacia adelante. Si quieres, puedes hacer una ligera flexión hacia atrás y asegúrate de mantener la rodilla por encima del tobillo, ya que queremos tener cuidado de no ejercer demasiada presión sobre la articulación de la rodilla. Quédate durante cinco respiraciones profundas.
4. Postura del perro boca arriba
Por último, lleva tus brazos hacia la esterilla, y también la parte superior de tus pies. Primero uno y después el otro. Presiona tus palmas fuerte en la esterilla para conseguoir estabilidad y abre tu pecho hacia abajo a la par que bajas tus caderas hacia el mat también.
Procura mantener los hombros hacia atrás y las espinillas, las rodillas y los muslos por encima de la esterilla. Asegúrate de que tu glúteos están firmes para proteger tu espalda baja en esta flexión hacia atrás. Mira hacia adelante o solo un poco hacia arriba para asegurarte de que no haya presión en el cuello.Y mientras inhales abre el pecho y cuando exhales, presiona tus caderas hacia la esterilla.
¡Listo! Estas secuencias realizadas con soltura y movimiento a diario te ayudarán a mantenerte en forma y ser consciente de cómo se encuentra tu cuerpo en cada momento ¡Namasté!