El jamón ibérico es uno de los embutidos mejor valorados, por no decir el que más, tanto que es un auténtico símbolo de la gastronomía española. Sin embargo, no todos los jamones son iguales, ni siquiera entre los ibéricos. Por eso te conviene saber discriminar para poder elegir el mejor posible, siempre y cuando, por supuesto, esté disponible en el mercado.
En este artículo, te convertirás en todo un experto a la hora de identificar el mejor jamón ibérico para preparar un delicioso aperitivo con el que deleitar a tus invitados. Ahora que se acerca la Navidad, unas fiestas en las que se suele comer este embutido (por lo menos en España), es muy recomendable que conozcas estos consejos para ofrecerle la mejor comida a tus familiares y a tus amigos.
Cómo elegir el mejor jamón ibérico del mercado
El primer detalle en el que tienes que fijarte es en la grasa de cobertura del jamón. La del jamón ibérico es abundante y la que se concentra en el lateral de la pieza es fluida y brillante, y es que la grasa del ibérico se funde a temperaturas más bajas que la del serrano. Otro detalle al que debes prestar atención es el color del embutido. El jamón ibérico suele ser marrón claro con un aspecto limpio y cuidado. Sin embargo, puede tener alguna tonalidad más oscura y otros tonos amarillos claros por la parte más grasa.
Otra señal que determina la calidad del jamón ibérico es el estado de la pezuña, y es que el distintivo más popular de este embutido es la pezuña negra. Si está desgastada, eso es señal de que el cerdo ha sido criado al aire libre. Si la pezuña interna es más corta que la externa indica que el animal no ha hecho ejercicio. Cuanto más ejercicio haya hecho el animal, la carne será de mayor calidad. Por último, otro detalle muy importante es el peso. Se dice que los mejores jamones ibéricos son los que pesan más de 8 kilos.
No te fíes de los precios baratos cuando compres jamones ibéricos
La buena calidad tiene un precio. Por eso te recomendamos no fiarte de los ofertones cuando se trata de jamón ibérico. Lo barato suele salir caro, por lo que no priorices el precio cuando vayas a comprar una pieza de este embutido insigne de la gastronomía española. Hacer un jamón es caro, ya que cada cerdo necesita varias hectáreas de dehesa para encontrar bellotas con las que ganar peso. Además, el proceso de curación de este producto cárnico puede durar entre 1 y 4 años. Todo ese proceso no vale poco dinero precisamente, y por eso los de mayor calidad suelen ser los más caros.