El kéfir es una bebida muy saludable, y seguramente conozcas la versión láctea, ya que es la más común. Sin embargo, ha entrado en escena el kéfir de agua, la nueva tendencia sobre todo para los veganos y para todos aquellos que quieren seguir una dieta sana.
El kéfir es un cultivo bacteriano hecho de levaduras (hongos) y bacterias (lactobacilos) que es capaz de fermentar cualquier líquido rico en hidratos de carbono. Ahora que sabes lo que es, te explicaremos a continuación por qué el kéfir de agua está considerado un superalimento de la mejor manera posible: analizando los beneficios que aporta a la salud.
¿De dónde viene el kéfir de agua?
El origen de este alimento es un misterio, pues no está claro todavía. Algunos aseguran que procede de México, de unas plantas nopaleras, de la familia de los cactus, de cuyas excreciones azucaradas se alimentan para reproducirse. Otros dicen que surgió en el Tíbet, y que se utilizó desde el principio como remedio curativo. No existe una versión definitiva todavía, y no sabremos si alguna vez saldrá a la luz. Hay mucha confusión al respecto.
Sin embargo, existe una historia que es considerada la más creíble, aunque es absolutamente imposible de verificar o contrastar. Según los que defienden esta teoría acerca del origen del kéfir de agua, éste surgió en la región del Cáucaso, entre Europa del Este y Asia occidental. Durante la guerra de Crimea, se escribió por primera vez acerca de este superalimento, allá por 1855. Desde entonces, se supone que los soldados ingleses aprendieron acerca de las propiedades del kéfir de agua, y esos aprendizajes han llegado hasta nuestros días. Repetimos: esta es la historia más aceptada acerca de su origen, pero eso no significa que sea cierta.
Propiedades y beneficios de este producto
Todos los tipos de kéfir, entre los que por supuesto se encuentra el de agua, destacan por tener un alto nivel de probióticos, que son elementos que sobre todo sirven para fortalecer el sistema digestivo. De ahí que el kéfir de agua sea tan popular, ya que esta bebida contiene alteas cantidades de microorganismos muy beneficiosos, como ciertas bacterias y levaduras, que también pueden estimular la función de las vitaminas en el cuerpo.
Entre los principales beneficios a la salud que aporta al kéfir de agua, encontramos los siguientes:
- Ayuda a hacer la digestión: los microorganismos vivos llegan al intestino y, desde ahí, ayudan a las bacterias intestinales a seleccionar lo que sirve de verdad.
- Refuerza el sistema inmunitario: el kéfir de agua contiene un elemento llamado microbiota intestinal, que es capaz de reclamar linfocitos cuando el sistema inmune tiene deficiencias. Además, este producto también le educa para que pueda responder mejor a las amenazas.
- Reduce la presión arterial: el microbiota intestinal se comunica con el cerebro para autorregular la presión arterial.
- Regula la temperatura corporal y elimina toxinas: estas dos cosas las puede producir el kéfir gracias a su contenido en vitamina B. Esta vitamina es esencial, ya que, entre otras cosas, se encarga de que tanto el sistema nervioso como el endocrino funcionen bien.
- Elimina las bacterias que aparecen tras la ingesta de antibióticos: los microorganismos vivos del kéfir de agua son capaz de hacerlas desaparecer. De esta manera, puedes evitar males como la neumonía bacteriana.
Cómo crear tu propio kéfir de agua
Parece complicado, pero, en realidad, preparar tu propio kéfir de agua no puede ser más simple. Puedes hacerlo con o sin azúcar. Lo que necesitas es comprar nódulos de kéfir de agua, conocidos como tíbicos. Los puedes encontrar fácilmente en mercados ambulantes, en tiendas naturistas y en páginas web como Amazon. También necesitarás un recipiente de medio litro de capacidad, con tapa y tela de cualquier estilo.
Las proporciones de agua y nódulos varían en función de la receta, pero lo más recomendable es empezar con una combinación equivalente a una parte de nódulos por ocho de agua. Añádele tres cucharadas de azúcar, higos secos, miel de agave o dátiles deshidratados, en función del sabor que prefieras que adquiera el kéfir. Cuando esté listo, después de que haya reposado uno o dos días, cuela los nódulos y resérvalos para futuras preparaciones. Nosotros te aconsejamos que viertas el líquido en un vaso y lo bebas frío, junto con hojas de menta o una rodaja de limón para aportarle un toque más refrescante.