Hay un tiempo para cada cosa, y en cuanto a la conservación de bebidas y alimentos se trata de todo un universo de detalles relativos a la química de los elementos que los componen. El comportamiento y las reacciones que suceden cuando las bebidas y alimentos están expuestos a determinadas condiciones está determinado por su naturaleza.
Por ejemplo, una vez abiertas algunas bebidas alcohólicas, tales como el whisky, el brandy o el ron, es recomendable guardarlas en un lugar fresco, con poca luz y en posición vertical. Ahora bien, hay quienes prefieren guardar ciertas bebidas, tales como la ginebra, el vodka o el tequila, en el congelador. Aquí te mostraremos algunas consecuencias de lo que sucede una vez que descorchas el vino de tu preferencia.
¿El vino como caso especial?
A diferencia de otras bebidas alcohólicas, el vino una vez abierta la botella, de inmediato comienza a oxidarse. Esta reacción no se puede evitar, pero si es viable ralentizar o enlentecer, cuando se toman algunas decisiones prácticas.
¿El corcho es necesario?
Por ello, lo que sucede al retirar el corcho es que el oxígeno entra en la botella y toma contacto con el líquido. Consiste en una reacción química denominada oxidación, la cual produce que el vino vaya poco a poco perdiendo aroma, sabor y calidad.
¿Cuando se dañan los vinos?
Cuando se descorcha pero, no se protege adecuadamente el vino puede adquirir un fuerte olor a vinagre. Además, el alcohol también puede oxidarse, y eso puede provocar que tenga un sabor amargo, perdiendo todo su sabor afrutado y fresco.
Como sabemos que te encanta el vino, debes conocer ¿Cuál es la razón por la que las botellas de vino espumoso son más grandes que las de blanco?
Claves prácticas para conservar el vino después de abierto
Para entrar en más detalles, y a la luz de las anteriores líneas, te sugerimos poner en práctica los siguientes pasos, para lograr conservar de modo adecuado esa botella de vino tan apreciada.
- Pase lo que pase procura conservar el corcho. Es más, trata de usarlo cada vez que sirvamos. Es que este elemento de la botella tiene la densidad requerida para que la bebida se mantenga fresca, pero sin sellar el aire completamente.
- ¿Pero que sucede si el corcho se ha roto o lo hemos tirado? En ese caso, las tiendas especializadas o supermercados te ofrecen tapones reutilizables (de distintos materiales). Aunque también puedes usar un trozo de plástico ajustado con una goma. De este modo, evitaras que el vino absorba malos sabores al estar expuesto a una mayor cantidad de oxígeno.
- ¿Es necesario meterlo en la nevera? La respuesta es afirmativa. Porque el vino está más protegido del calor y la luz. Pero no es recomendable colocarlo en la puerta, ya que de tanto abrirla y cerrarla, se expone a variaciones constantes de temperatura, las cuales influyen directamente en su sabor y aroma.
- Si no contamos con nevera, puede guardarse la botella en un espacio oscuro y fresco que mantenga su temperatura por debajo de 22 grados.
- Si están bien cerrados y refrigerados cada vino tiene una durabilidad diferente. Los blancos y tintos duran entre 2 y 5 días, conservando intactas sus propiedades. Mientras que, los espumosos duran menos, de 1 a 3 días y existen vinos más artesanales que duran solo 1 día.
Esperamos que las anteriores sugerencias puedan servirte a la hora de tratar con una bebida tan especial como lo es el vino. Si pensamos en sus distintos tipos y sobre todo en los altos precios que algunos alcanzan, se trata de sugerencias muy útiles para conservar esa bebida tan apreciada para celebraciones especiales. Simplemente destaca su atractivo porque aporta el toque elegante al diario compartir durante y después de las comidas.