El alcohol es un líquido incoloro, de olor característico, soluble tanto en agua como en grasas y que se caracteriza por ser una sustancia psicoactiva, depresora del sistema nervioso central. Consumido en exceso, puede provocar dependencia y consecuentes problemas de salud.
¿Qué es una bebida alcohólica? Muy sencillo: es una bebida que contiene alcohol en su composición. Pero, ¿todas las bebidas que contienen esta sustancia pueden considerarse alcohólicas? La sorprendente respuesta es que no, y te explicamos por qué.
En el volumen de alcohol está la clave
Se entiende por bebida alcohólica aquella bebida en cuya composición está presente el etanol, ya sea en forma natural o adquirida, y cuya concentración sea igual o superior al 1% de su volumen. Si la graduación es menor, no es suficiente como para denominarla bebida alcohólica. Las bebidas 0,0 o sin alcohol son el ejemplo más claro, pues a veces contienen un 0% de etanol y otras un poco más, pero no llegan al 1%.
El contenido de alcohol de una bebida depende de la concentración de alcohol y del volumen contenido. Un estudio de la OMS indicó la graduación de diferentes tragos, entre los cuales se encuentran los siguientes:
- Cerveza: contiene entre un 2 y un 5% de alcohol puro.
- Vino: contiene entre un 10,5 y un 18,9% de alcohol puro.
- Licores: entre un 24,3 y un 90%.
- Sidra: entre 1,1 y 17%. Algunas sidras, por tanto, están al límite de no considerarse bebidas alcohólicas.
Bebidas sin alcohol: ¿esto es cierto?
Como hemos comentado brevemente en el apartado anterior, no es verdad que no haya ninguna bebida sin alcohol que contenga al menos un pequeño porcentaje. El ejemplo más claro es la cerveza sin alcohol, cuya graduación alcohólica es menor al 1% del volumen. Por lo tanto, puede llegar a tener un 0,9% en algunos casos, y de esta manera acercarse mucho al límite. De todas maneras, como también hemos visto en la anterior sección, igualmente no se podría considerar bebida alcohólica.
Es evidente que las alternativas sin alcohol, sea esto mentira o no, son más saludables que las alcohólicas. Con esto no queremos decir que se deban consumir regularmente. Sin embargo, si te apetece una cerveza, es mejor pedir una 0,0 que un tercio, una jarra… o incluso una caña con limón. Este tipo de bebidas, si se consumen en exceso, pueden resultar perjudiciales. Quizás no suframos afecciones tan graves como con las bebidas alcohólicas de alta graduación, pero sí podremos engordar más fácilmente o perder resistencia física, entre otras cosas.