Empecemos por lo primero: ¿Qué es una endibia? Nos referimos a un cogollo tierno, al que no se deja crecer. Si lo hace se convertiría en una escarola, y a su juventud se debe su color blanquecino, al hecho de no tener clorofila aún.
Es una verdura de hojas lisas y pequeñas, de sabor fresco y gusto amargo, fácilmente reconocible por su forma puntiaguda y cilíndrica, conformada por hojas que de color amarillo en la punta. En cuanto a su tamaño, lo habitual es que midan entre 8 y 10 centímetros de largo, teniendo un diámetro que rara vez supera los 4 centímetros de grosor.
La endibia se reconoce en el mundo científico como Cichorium endivia, perteneciente a la familia de las Asteráceas, siendo miembro de un colectivo vegetal tremendamente importante. En esa misma familia encontramos a la lechuga, las alcachofas, al cardo, al girasol, a la manzanilla o al tupinambo. Más allá de eso, encontramos diversas variedades dentro de la especie Cichorium endivia, como son la latifolium o la crispum.
Los principales países productores de este vegetal Holanda, Bélgica, Francia y Alemania. En España se cultiva en Valladolid, Valencia, Segovia, Castellón y Murcia.
¿La endibia ofrece beneficios para la salud?
El 94% de la endibia es agua, así que nos podemos imaginar que es un producto con poquísimas calorías, además de valores residuales de hidratos de carbono, lípidos o proteínas.
Sin embargo, tiene una interesante cantidad de fibra, además de ciertos minerales como el potasio, el calcio o el fósforo, lo que la convierte en una buena aliada para favorecer la diuresis, por lo que le vendrá de maravilla a aquellas personas que padezcan retención de líquidos.
Es relevante su aportación de folatos, necesarios para producir glóbulos rojos y blancos, además de provitamina A, que nuestro cuerpo sintetiza en vitamina A en función de sus necesidades y que nos puede ser muy útil para mantener una buena salud ocular y también fortalecer nuestras defensas y tejidos.
Aunque la endibia es una hortaliza de escaso aporte energético y nutritivo, aporta hidratos de carbono y proteínas necesarios para el buen funcionamiento de nuestro organismo. Además, es un alimento rico en la fibra que es necesaria para combatir el estreñimiento y regular el tránsito intestinal.
¿Usos culinarios de este vegetal?
Las endibias generalmente las consumimos al natural, apreciando así su bocado crujiente y fresco. Así que, no exigen mucho trabajo previo, aunque sí conviene limpiarlas. Bastará con cortar la base del tronco, que es algo más dura, y separar las hojas, lavándolas con agua fría para eliminar cualquier posible bacteria o resto de tierra, y como buena hoja verde, secar y escurrir antes de su utilización, que debería ser inmediata para que no empiecen a ablandarse.
Además de cruda, se puede consumir cocida, asada, frita e incluso a la brasa, siendo su versatilidad muy útil como acompañamiento una de sus grandes virtudes. El ejemplo más claro es el de las ensaladas, donde le suele ir bien servirla en entero, en medios o troceada.
Es ideal si se acompaña de ciertos contrastes de sabor como frutas dulces o diferentes texturas como las del huevo, el atún, las gambas o el salmón ahumado, aligerando el bocado con ese contrapunto amargo. Los salados también le suelen ir bien, por ejemplo el queso curado o las anchoas.
Si quieres preparar otra alternativa saludable, intenta cocinas acelgas rehogadas con patatas y pimentón. No dudamos que te encantarán.
¿Y la nectaria?
Realmente la nectaria es una variedad del melocotón sin vello o sin pelusa, pero con un color más vivo (entre rojo brillante y amarillo) y generalmente más pequeños. Las nectarinas son fuente de minerales como el potasio, el fósforo, el magnesio, el calcio, el sodio, el hierro, el zinc, el yodo y el selenio. También contienen vitaminas C, B6, B3, B2, B1 y carotenos, por lo tanto al consumirlos ofreces grandes beneficios a tu salud.
¿Cómo preparas ensalada de endibias con nectaria?
Ingredientes (4 comensales):
- 4 endibias grandes.
- 1 nectarina grande.
- 1 cebolla morada encurtida.
- 1 puñado de avellanas tostadas.
- Sal al gusto.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Orégano fresco (opcional).
Elaboración
- Corta la base de las endibias y retira las dos hojas exteriores, a continuación puedes deshojar las endibias para cortarlas o cortarlas enteras y después separar bien las hojas. Lávalas y escúrrelas muy bien.
- Pela la nectarina y córtala en daditos, escurre la cebolla encurtida sin prensarla, para que el jugo que contiene forme parte del aliño. Corta las avellanas tostadas por la mitad o, si lo prefieres, pícalas más pequeñas.
- Dispón la endibia como base del plato y reparte a continuación los dados de fruta, la cebolla encurtida y las avellanas. Si dispones de orégano fresco, añádelo también de forma decorativa.
Acabado y presentación
- Adereza la ensalada de endibias y nectarina con sal al gusto, un buen hilo de aceite de oliva virgen extra y una pizca de especias. Sirve enseguida y acompaña de algunos colines o tostadas.
Les acabamos de ofrecer una receta muy apetecible que puede ir de guarnición del plato principal, posiblemente algún tipo de carne blanca y arroz. Esta ensalada es una verdadera explosión de sabores muy saludables y nutritivos. Muy útil para prepararla en una ocasión como para lucirse y salir muy bien parado.