Casi siempre pasa desapercibido, pero el fregadero es uno de los elementos más importantes de la cocina. Al fin y al cabo, todo lo que usemos para cocinar o para comer pasa por él de una forma u otra. No solo eso, sino que cada vez cobra más relevancia en decoración, gracias en parte a nuevos materiales. ¿Pero cómo acertar en la elección? Aunque hoy en día sea posible elegir entre infinidad de diseños completamente diferentes, con unos sencillos consejos acertarás.
Lo primero que debes tener en cuenta es que ya no es necesario renunciar a estética para conseguir ese fregadero todoterreno que cualquier cocina necesita. Además, siempre debes valorar con calma tus necesidades y el uso que le das a este elemento. Y, por supuesto, las dimensiones de la cocina también tienen mucho que decir. A partir de estas bases, solo tienes que fijarse en unas cuestiones muy sencillas.
Primera decisión para elegir el fregadero de la cocina: uno o dos senos
Si no usas mucho la cocina o si esta es pequeña y no tienes mucha encimera, no hay posibilidad de elección, sí o sí tendrás que elegir un fregadero de una sola cubeta. Si necesitas algo de espacio para colocar cacharros, siempre puedes optar por un modelo con escurridor. En un momento dado, esa superficie te puede servir como espacio de trabajo. Cuando es obligatorio el fregadero de un seno, el consejo es optar por un modelo que sea algo más profundo.
Si no hay problemas con el espacio, los fregaderos de dos cubetas son los más funcionales. Permiten fregar y aclarar por separado. Y si buscas aún más funcionalidad, los hay con una pequeña cubeta en el centro perfecta, por ejemplo, para cubiertos. También puedes encontrarlos de seno y medio con o sin escurridor o de dos senos con escurridor. Elegir uno u otro dependerá también del uso que hagas de él. Si tienes lavavajillas no tiene mucho sentido perder espacio de encimera en un escurridor.
Forma del fregadero
Es otra cuestión importante. Los fregaderos redondos ocupan menos espacio y resultan muy elegantes, además de que su limpieza es más sencilla. Los rectangulares o cuadrados aprovechan mucho mejor el espacio y, además, dan un estilo más moderno a la cocina. Y, finalmente, hay fregaderos con forma de esquina, para adaptarse a esa distribución si es la que has escogido.
Forma de colocación del fregadero
En este sentido también hay varias posibilidades que dependerán en buena medida del material del fregadero y también de la encimera. Si esta es de madera o laminada, el fregadero debe ir obligatoriamente encastrado, es decir, el borde queda superpuesto sobre la encimera para protegerla del agua. En encimeras de granito, mármol o cuarzo, los más elegantes son los fregaderos bajoencimera, que además se limpian con facilidad.
Hay dos alternativas más. Por un lado, fregaderos con diseños especialmente vistosos o voluminosos que obligan a colocarlos sobre el mueble, como ocurre en los que son de cerámica. El otro caso son los que van integrados en la encimera, formando una sola pieza con ella, posibles solo en materiales sintéticos y en microcemento. Estos tiene la ventaja de que al no haber uniones ni juntas su limpieza es mucho más fácil.
Materiales para el fregadero
Aunque sigue siendo uno de los grandes protagonistas, el acero inoxidable hace tiempo que tiene una gran competencia en lo que a materiales para fregaderos se refiere. ¿Sus ventajas? Es barato, permite diseños diferentes y resiste bien el calor, aunque no tanto la abrasión. Según el estilo de la cocina, cabe optar entre otros materiales muy diferentes:
- Porcelana: estos fregaderos, de gran presencia, son perfectos para cocinas clásicas, rústicas o de estilo shabby chic. Son muy resistentes al calor, a los productos de limpieza y al uso. Pero a cambio son sensibles a los golpes y sus diseños son más limitados.
- Materiales sintéticos: puede ser composite o resina y de carga mineral de cuarzo. Estos último son especialmente resistentes a golpes y ralladuras, así como al calor. Su mayor ventaja: que permiten todo tipo de diseños tanto en formas como en tamaños o incluso colores.
- Piedra: son fregaderos resistentes y exclusivos, porque nunca habrá dos iguales. Además, según el diseño combinan perfectamente en todo tipo de cocinas. Sus inconvenientes son el precio y que son más susceptibles al paso del tiempo y el desgaste.
- Cerámica: poner en la cocina un fregadero de este material es otra forma estupenda de hacer que sea realmente única, porque podrás elegir entre infinidad de modelos. La pega es que no resiste bien los golpes, así que si optas por este tipo de fregaderos deberás tener algo de cuidado.
Ten en cuenta estos consejos a la hora de elegir el fregadero y conseguirás darle a tu cocina ese toque diferenciador que tanto buscas. Pero aún queda un consejo que no debes olvidar: igual que eliges con cuidado ese fregadero, no olvides escoger un grifo que combine bien con su estilo y con el de la cocina. Verás qué cambio.