No es la estancia más visible de la casa, pero es nuestro oasis particular. Por eso, es fundamental que el dormitorio sea cómodo, acogedor y que se adapte a nuestra personalidad, a nuestro estilo de vida y también a las tendencias. Pero las modas cambian y los gustos también. Renovar su aspecto no entraña grandes dificultades y se puede conseguir con pequeños cambios y algunos complementos nuevos.
Hay que tener en cuenta, además, que las tendencias decorativas del momento apuestan por espacios que invitan a relajarse y a sentirse bien en casa. Y qué mejor que el dormitorio para ponerlas en práctica. Si ha llegado el momento de estrenar decoración, cualquiera de estas ideas es perfecta para darle ese nuevo aire que tanta falta le hace, pero sin necesidad de una transformación radical.
Claves para renovar el dormitorio: las paredes
No es necesario cambiar paredes mobiliario y textiles para estrenar dormitorio y conseguir que su imagen vuelva a enamorarnos. Con unos pequeños retoques es posible conseguir resultados espectaculares. Y, lo mejor de todo, sin obras ni un gasto excesivo. Hay que tener en cuenta, eso sí, las dimensiones de la estancia y el estilo de la casa para conseguir un efecto realmente espectacular.
Empecemos por las paredes. Una idea siempre resultona es dar protagonismo a la pared del cabecero. ¿Cómo? Lo más sencillo es pintarla de un color diferente al resto de la estancia. Visualmente será más atractiva y, además, dará profundidad a la estancia. Pero hay otras alternativas, por ejemplo, colocar un papel pintado bonito que combine con el color de las paredes. Si el estampado es llamativo, se puede prescindir incluso del cabecero.
Mas sencillo todavía es colocar en esa pared una o dos láminas grandes o hacer una composición geométrica con otras más pequeñas. El resultado puede ser muy atractivo. Además, el arte se ha introducido con fuerza en la decoración, así que es una solución ideal para renovar el dormitorio y vestirlo a la moda sin necesidad de mucho más.
Ideas para renovar el mobiliario sin gastar mucho
Cama y mesillas son los los elementos de más peso visual en un dormitorio. Los cabeceros tapizados en capitoné son tendencia, mejor en tejidos cálidos como la lana. Y, si el dormitorio es pequeño, hay que apostar por tonos claros sí o sí. Y para que la cama no resulte demasiado pesada a nivel visual, lo ideal es que el cobertor sea también de un color claro. Los estampados se admiten, pero sencillos.
Si no hay cabecero o no queremos cambiarlo, podemos sustituir esas viejas mesillas compactas por unas más ligeras hechas con fibras vegetales o por unas simples mesas auxiliares con patas, de madera o de metal. Un pequeño objeto de artesanía a modo de decoración y una lámpara de aires vintage y el dormitorio parecerá otro.
Si la habitación es amplia, los tocadores vuelven a estar de moda. Para que visualmente sean ligeros, mejor con patas. Tampoco hace falta que sean muy profundos. Y si además queremos un toque muy del momento, hay que elegir un espejo redondo porque son las líneas orgánicas las que marcan las últimas modas.
El poder de tejidos y textiles
Es otra forma de dar un nuevo aire al dormitorio. Unas cortinas más ligeras, una colcha o funda nórdica nueva y una alfombra a los pies serán suficientes para renovar su estilo. Respecto a los complementos, un plaid y unos cojines que creen contraste serán perfectos. Los tejidos que se llevan son los naturales: algodón, lino o lana y en cuanto a los colores, siguen de moda los tonos tierra.
Si el dormitorio es pequeño: juega con la luz
A veces solo hace falta iluminar bien un dormitorio para que parezca otro. Si a esos pequeños cambios que hemos introducido en la estancia sumamos una buena iluminación, el efecto será espectacular. ¿Cómo conseguirlo? Lo primero, quitando esos cortinajes pesados que no dejan pasar la luz natural. Si además colocamos un espejo grande en un lugar estratégico, esa luz se multiplicará.
Y, por supuesto, hay que fijarse en las lámparas. Apostando por el LED ya habremos ganado m mucho, tanto en iluminación como en eficiencia energética. Pero si además cambiamos las pantallas por otras, por ejemplo de papel o de fibras naturales, conseguiremos renovar esa imagen algo anticuada de la estancia.
El toque definitivo: los complementos
Es posible que nos decidamos solo a cambiar los textiles o a pintar la pared del cabecero. Pueden parecer cambios poco significativos. Pero lo son, y mucho más si apostamos por complementos. Pocos, pero bien elegidos. Una sencilla pieza de artesanía en la mesilla, un macetero de fibras naturales, un tapiz de cuerda, ese espejo redondo en el tocador o un puff de formas también redondas darán el toque definitivo a un dormitorio que, siendo el de siempre, estará totalmente renovado.
