La lámpara Tiffany es uno de esos objetos que a pesar de sus más de cien años de historia no pasa de moda en decoración. Es elegante, original y muy, muy vistosa. Tal vez no te suene por su nombre, pero si decimos que es esa lámpara de cristales que nos recuerda a las vidrieras que adornan edificios antiguos, seguro que la identificas sin problemas.
Puede que a nivel general se asocie la lámpara Tiffany a ambientes más clásicos, o puede que a aquellos otros que buscan un aire vintage. Pero realmente no es así. Esta lámpara ha evolucionado hasta comercializarse en diseños modernos que, sin perder su esencia, se pueden incorporar sin grandes dificultades a casi cualquier estilo de decoración. Y esa es una de sus mayores ventajas, pero no la única.
Así nació la lámpara Tiffany, una de las más decorativas para casa
El diseño de esta lámpara nació del ingenio de Louis Comfort Tiffany. Este fue un artista norteamericano que abandonó la pintura para dedicarse al arte del vidrio. Fundó su propia empresa de diseño de interiores y de ella salió alrededor de 1895 la primera lámpara que lleva su apellido. Pero no solo el diseño fue original, también la técnica, en la que cada pieza se envolvía en una lámina de cobre y se soldaba con plomo.
En pocos años estas lámparas se hicieron muy populares en Estados Unidos y saltaron a Europa, en plena efervescencia del movimiento Art nouveau. Ese modernismo recuperaba las vidrieras artísticas y, por ello, la lámpara Tiffany encajó enseguida en él y se convirtió en un objeto decorativo casi imprescindible en todo tipo de espacios.
Cómo es el diseño de la lámpara Tiffany
La lámpara Tiffany es especial, sobre todo, por su colorido. Esos cristales de colores bellamente unidos dan forma a todo tipo de motivos, desde los geométricos más simples a maravillosas formas de animales o de flores. Consiguen así un efecto decorativo muy atractivo y una iluminación singular. Otra característica es una base metálica de formas sugerentes, aunque en este aspecto la lámpara ha evolucionado y se han introducido otros materiales.
Sí que hay diferencias en lo que a formas y diseños se refiere. Aunque la imagen típica que se suele tener de ella es la de una lámpara de mesa, también las hay de techo, de pie e incluso en forma de flexo o de apliques de pared. Y algo parecido ocurre con las pantallas, que se pueden encontrar en forma de globo, de cono, con el borde liso o irregular o con terminaciones muy diferentes.
Lo que no cambia en cualquier caso es la elegancia y la presencia de esta lámpara en cualquier estancia en la que se coloque. Además, ofrece un tipo de iluminación de enorme calidez, que consigue crear ambientes íntimos y acogedores. Por ello es uno de esos clásicos atemporales que siempre están presentes, de un modo u otro, en las preferencias decorativas de cada momento. Ahora, por ejemplo, son perfectas para introducir ese elemento vintage que marcan las últimas tendencias.
Ideas para decorar con lámparas Tiffany
Las lámparas Tiffany encajan a la perfección en ambientes clásicos. Esas líneas suaves y la elegancia de su diseño la convierten en un elemento que aporta un extra de distinción, tanto en salones como en dormitorios o incluso en entradas. Cuando se trata de estancias más oscuras o austeras, estas lámparas son el contrapunto perfecto para dar esa pizca de vitalidad que necesita un ambiente demasiado austero.
Pero estas lámparas también se integran a la perfección en hogares en los que se ha preferido un estilo más moderno, minimalista o incluso ecléctico. En cualquiera de estas circunstancias son la forma de crear contraste y de introducir el color sin que el resultado sea excesivo o desequilibrado. Así por ejemplo, una lámpara Tiffay es ideal para alegrar un dormitorio o un comedor en los que predomine el blanco.
Pero no necesariamente tienen que ser lámparas de colores llamativos. Si lo que se busca es un efecto mucho más discreto, la solución pasa por esas tras lámparas que combinan cristales en distintos tonos de un mismo color, preferiblemente beiges. Son ideales, por ejemplo, para un despacho o un rincón de lectura.
Y, siendo un clásico, la lámpara Tiffany ha evolucionado. Hoy es posible encontrarla en diseños muy diferentes, con pies o estructuras de líneas tanto curvas como rectas y con motivos ya no solo vegetales o geométricos, también abstractos. Y cada uno de ellos es una pequeña obra de arte, de ahí que estas lámparas sean mucho más que un simple accesorio de iluminación.