Llega el verano, el buen tiempo, y los manteles se convierten en los grandes protagonistas de esas ansiadas citas en las que familia y amigos se reúnen en torno a una buena mesa. Si bien hubo una época en que se dejaron de usar porque estaban de moda las mesas «desnudas», los manteles han vuelto a nuestras comidas, parece que para quedarse. No importa si es para sorprender a nuestros invitados o para un uso diario, la realidad es que estos trozos de tela dan mucha vida y consistencia a la comida que queremos ofrecer.
Los manteles son elementos significativos porque son los que van a dibujar y definir el fondo de la mesa. Dicen los entendidos que hay que pensar en ellos como cuando nos planteamos el color de la pared de una habitación, en términos de interiorismo. Es el que va a establecer el estado de ánimo de todo el estilo, mientras que el resto de accesorios definirán que la mesa se vea elegante o discreta.
Tendencias en tipos de manteles
Es evidente que hay un millón de maneras de decorar una mesa según tu estilo y la ocasión. Lo primero que se debe pensar a la hora de elegir el mantel perfecto es decidir para qué lo queremos usar. Por ejemplo, si es para todos los días necesitas que sea fácil de limpiar, como uno resinado o plastificado, los hules de toda la vida que se quedan perfectos pasando una simple bayeta húmeda, y más si se va a usar en la cocina. Y otra de las cosas que tienes que tener en cuenta es el tamaño de la mesa.
En cuestiones de diseño, el estilo rústico va ganando terreno con elementos que evocan sencillez con un punto tradicional, tonos neutros, un punto minimalista y mucha calidez. Tendencias que llegan para quedarse y que se pueden aplicar no solo a la mantelería sino a todos los tejidos del hogar. Lo importante es que siempre haya algún elemento especial que aporte personalidad al espacio.
Los tonos neutros como el blanco, el beige y el gris siguen en auge esta temporada. No obstante, este año van a tener que compartir parte de su protagonismo con colores más intensos y estampados de todo tipo. Eso sí, apuesta por textiles respetuosos con el medio ambiente y de estética natural. Manteles con colores, estampados y texturas en los que no falten los diseños a rayas, pues encajan a la perfección con la atmósfera rústica, moderna y acogedora tan en auge. Una propuesta que aboga por la sencillez y la tradición.
Asimismo, el verde sube posiciones con respecto a otras tonalidades. Supone una acercamiento a la naturaleza, y aparece con tonos empolvados para dar un efecto de calma, serenidad y frescura, especialmente si optamos por tonalidades suaves. No significa que tengamos que renunciar a los colores intensos, sobre todo en estos meses de verano, pero conviene aplicarlos con moderación.
Los estampados de animales tampoco pueden faltar en tu mesa. Esta temporada estival llegan de todas las formas posibles, ya sea con pequeños toques o a lo grande. Y puestos a centrarse en un tipo de animales, las grandes estrellas en lo que a mantelería se refiere son los exóticos. Esta tendencia muestra la belleza natural de los animales con colores explosivos, texturas y patrones.
Un estampado que nunca pasa de moda, ni pasará, es el floral. Ingleses y franceses fueron pioneros en meter en sus viviendas motivos florales, que hoy son un clásico que nunca falla en el interiorismo. Los textiles del menaje son versátiles, pueden inspirar estéticas o convertirse en los reyes definitivos de la mesa. Los manteles de flores encarnan esa confortable calidez que rinde homenaje a la naturaleza en su eclosión más colorida.
Otra tendencia que asoma con fuerza es la de los estampados geométricos. No obstante, los expertos afirman que estos motivos se volverán cada vez más «mini». Una apuesta que, en pequeñas dosis, puede crear espacios con carácter y personalidad. El truco está en saber combinar colores y figuras para lograr un resultado visual acertado que no entorpezca el equilibrio de tu hogar.
Algunos expertos aseguran que «decorar tu mesa es como vestirte», por eso animan a jugar con capas, texturas, diferentes materiales y estampados para transmitir emoción o mantenerlo minimalista y discreto si eso va más con tu estilo. Añadir algunos manteles individuales encima de los manteles ayudan a obtener más color y textura. Por lo general, deben colocarse a un centímetro del borde de la mesa. Un mantel individual es como una alfombra en una habitación: crea pequeñas islas y mantiene a los invitados separados pero los accesorios decorativos juntos.
Además, estos manteles individuales también protegen las superficies de las mesas contra el calor y el frío, lo cual es especialmente importante para las más delicadas o antiguas. Cualquier mesa de mármol, madera o laca, necesita protección. A la hora de elegir unos u otros, es clave que consideres el color y su estampado, junto con los materiales que mejor se adapten a tus objetivos, ya sea impresionar a los invitados o evitar que los platos calientes dejen marcas.
Es evidente que, en cuestión de manteles, las tendencias apuestan por una conexión muy pura con la naturaleza. Colores vibrantes, texturas y estampados que representan la belleza de lo natural. Eso sí, claro está que por mucho que nos dejemos inspirar por las modas, lo más importante es apostar por nuestra propia creatividad. El objetivo es crear espacios con lo que te sientas conectado y que puedan contar una historia, tu historia. Porque no hay lugar como el hogar, ni reuniones como las que tienen lugar alrededor de una mesa.