Ya queda poco, los Reyes Magos están en camino y harán parada en todas las casas para dejar sus regalos. Es el gran día, el que más ilusiones despierta en Navidad y también en todo el año. Para que la espera se haga más llevadera, y de paso preparar la casa para su llegada y darles el recibimiento que se merecen, una buena idea es decorarla para la ocasión.
Como los Reyes Magos son sinónimo de caramelos, una manera muy divertida, vistosa y muy dulce de prepararlo todo para su llegada es hacer una decoración a base de golosinas. Son perfectas porque las hay de todos los tamaños y colores. También de sabores, así que los Magos de Oriente estarán encantados al ver esa decoración, y puede que incluso la prueben.
Ideas para adornar la casa con golosinas
Las golosinas dan mucho juego a la hora de decorar en Navidad. Son típicos esos bastoncillos o esas monedas de chocolate que se cuelgan del árbol. Pero no todo debe quedar ahí, hay otras formas de llenar de alegría y colorido la decoración de casa con chucherías, de verdad o de mentira, puesto que se pueden hacer de papel.
Empezamos precisamente por ellas, con papel de colores y cinta de regalo es muy fácil hacer caramelos de papel del tamaño que queramos para colocar colgados del árbol, de la chimenea o para hacer un pequeño centro con ellos y ponerlo en el recibidor a modo de bienvenida. Es una manualidad sencilla y combinando caramelos de diferentes colores y tamaños se pueden conseguir composiciones realmente vistosas. Además, no implican ningún riesgo para los dientes.
Pero si queremos usar chuches de verdad para esa decoración especial, lo más fácil es llenar botecitos de cristal y decorar con una cinta navideña vistosa. También podemos colocar uno de esos bastones típicos navideños por fuera o hacer una corona de cartulina a modo de tapa para que cada rey sepa cuál es el suyo. Repartidos por aquí y por allá, esos botes darán una nota de color superespecial a la casa.
Otra idea muy vistosa: comprar unas bolas transparentes que se puedan abrir y llenarlas de chuches de diferentes colores. Se sustituye alguna de las que hay en el árbol de Navidad ¡y listo! Algunas alternativas: usar una bola de poliespán y pinchar en ella pequeñas gominolas o hacer pequeñas bolsitas para colgar también del árbol de Navidad. Por cierto, las golosinas, mejor sin azúcar.
Galletas muy decorativas
No solo caramelos y gominolas, las galletas también son un buen adorno navideño. Es más, siempre hay que dejar un plato con algo de comer y agua para que los reyes y su séquito real recuperen energías y puedan seguir con su trabajo. Por ello, las galletas son perfectas: decoran y, a la vez, alimentan.
Las galletas típicas de Navidad son las de jengibre, pero realmente cualquiera es válida para hacer una decoración bonita. Y no solo para recrear la vista, también el olfato y el gusto. No hay que olvidar que en casa también tiene que oler a Navidad. Lo ideal es hornear las galletas y hacerlas con formas navideñas: árboles, estrellas o muñecos de nieve. Si no se tiene tiempo, siempre se pueden comprar y decorar usando azúcar glass. Basta con recortar la forma deseada en cartulina, colocarla sobre la galleta y espolvorear el azúcar.
Las galletas se pueden colocar directamente sobre un plato. Pero hay mejores formas de presentarlas, al fin y al cabo, es un día especial. Una bonita idea es hacer pequeños centros colocando en un recipiente tela de arpillera y sobre él las galletas. Basta con algún lazo bonito o unas ramitas de abeto y quedará perfecto.
Si no tienes tela de saco, puede servir un plato de cristal bonito o una cesta de mimbre con una blonda de papel. Lo importante es colocar algún pequeño adorno navideño que acompañe a las galletas, puede ser un bastón de caramelo, unas ramitas de acebo o una pequeña guirnalda.
Lo ideal es colocar esos centros de galletas cerca del árbol de Navidad o del belén, donde los Reyes Magos puedan verlos bien. Pero también se pueden integrar con el resto de la decoración navideña y ponerlos en la consola del recibidor para dar una bienvenida muy dulce a los invitados o en la mesa de centro del salón.