El cabecero de la cama es uno de los elementos más importantes del dormitorio. De hecho, es el que se lleva casi todas la miradas. Una de las mejores formas de renovar el estilo de la habitación sin necesidad de gastar mucho es, precisamente, cambiarlo. Además, se puede aprovechar para ganar algo de espacio, o para convertirlo en un elemento funcional, además de decorativo.
Incluso a veces ni siquiera es necesario cambiar ese viejo cabecero, basta con darle una segunda vida pintándolo o tapizándolo. O también podemos dársela a otro elemento de la casa para transformarlo en cabecero. Al fin y al cabo, el reciclaje y la sostenibilidad tienen un papel muy importante en las tendencias decorativas de los últimos años.
Cabeceros ideales para un dormitorio más actual
Un aspecto importante son las dimensiones del dormitorio. Un ejemplo: los cabeceros de pladur con nichos o los de madera con baldas en los laterales son muy útiles para dejar todos esos pequeños enseres que solemos tener en el dormitorio: joyeros, alguna mantita extra o libros. Pero si la habitación es pequeña no serán la mejor elección porque se “comen” unos centímetros.
También hay que tener en cuenta el estilo que se quiere dar al dormitorio: más elegante, con un toque rústico o vintage, romántico, juvenil, etc. Es el criterio definitivo para elegir ese cabecero perfecto. Estas son solo algunas ideas para dar ese nuevo aire al dormitorio:
- Cabeceros de ratán, mimbre o cannage: son ideales si lo que se busca es un estilo con un toque rústico o incluso algo bohemio. Si además tienen un entrelazado sencillo, visualmente resultarán muy ligeros. Todo, sin olvidar que son materiales naturales muy de moda.
- Madera reciclada: con solo unos tablones de madera y algo de pericia se puede hacer un cabecero de lo más vistoso. Una idea perfecta para un dormitorio juvenil es cortarlos en piezas pequeñas, pintarlas en diferentes colores y colocarlas en forma de espiga. Más sencillo y elegante es, simplemente, aplicar un barniz. Para un dormitorio de estilo industrial es una buena opción.
- Un vieja puerta: es una manera perfecta de dar una segunda vida a una puerta antigua o pasada de moda. En el primer caso, si tiene algún elemento ornamental o cuarterones y está en buen estado, no será necesario hacer nada más. En cualquier otro, una idea que viste mucho es pintar esa puerta con pintura a la tiza. Es fácil y el resultado será espectacular.
- Un cabecero tapizado: los tapizados nunca pasan de moda y son ideales para dar un estilo clásico y elegante al dormitorio. Pero también son piezas estupendas para esas otras habitaciones en las que predomina un ambiente romántico o incluso de aires shabby chic. Para un efecto más atrevido, siempre se puede optar por un tapizado estampado o por crear contraste entre el color de la pared y el del cabecero.
Otras formas de renovar el cabecero
A pesar de todo, no es necesario cambiar el cabecero para renovar el estilo del dormitorio. Si el que tenemos es de madera, la pintura a la tiza o un barniz de color pueden hacer auténticas maravillas y convertirlo en otro muy diferente y mucho más actual. Sobre todo la pintura a la tiza, se aplica con facilidad y se adhiere perfectamente, así que no hace falta ser un experto para darle ese toque diferente al cabecero. Además, aunque la clásica sea la blanca, es una pintura que se comercializa en muchos colores.
Una alternativa más radical es, sencillamente, olvidarse del cabecero. Para dar presencia a la cama siempre se puede poner un papel pintado vistoso en esa pared. Puede ser con un motivo que te guste, con una textura marcada, imitando piedra o ladrillo o liso en un color más intenso que el resto de las paredes. Con una ropa de cama que contraste y unos cojines que aporten algo de volumen, la imagen el dormitorio será como para presumir en redes sociales.
La alternativa, también prescindiendo del cabecero, es colocar sobre la cama un tapiz bonito o uno hecho de macramé. Es una idea sencilla y muy interesante si lo que se busca es un ambiente bohemio o incluso étnico para el dormitorio.
Y una última idea para dormitorios en los que se necesita espacio de almacenaje: sustituir el cabecero por estanterías de fondo estrecho. Colocándolas a diferentes altura y alternadas se consigue un doble objetivo: decorar y servir de lugar para guardar un sinfín de enseres.