Es posible que ni te lo hayas planteado o que te parezca una auténtica locura. Pero también puedes decorar el baño con papel pintado. Y no solo eso, sino que es perfecto para conseguir ese aire atrevido o romántico que tal vez quieras para él. O incluso puede ser la clave crear un ambiente superdivertido en el cuarto de baño de los niños.
Eso sí, a la hora de elegir debes tener en cuenta que no todos los papeles pintados sirven. Por muy vistosos que sean, hay algunos que no resistirían las condiciones de humedad del baño. En cambio, hay papeles pintados casi “todoterreno” con los que podrás decorar el baño y conseguir resultados de revista. ¿Ya te lo estás pensando? Si es así, aquí te explicamos todo lo que necesitas saber.
Las mejores ideas para decorar el baño con papel pintado
La ventaja del papel pintado frente a otros revestimientos es que la gama de patrones, colores y estampados es casi infinita. De esta manera, puedes dar al baño un aire floral, darle un toque animal print o llevar a él la vitalidad del estilo memphis. Y son solo algunas posibilidades, con papel pintado puedes hacer prácticamente lo que quieras.
Además, siempre puedes combinarlo con los azulejos que ya tengas si no quieres hacer demasiada obra. Hay que tener en cuenta que el papel pintado, para que agarre bien, necesita un soporte liso. Este hecho obliga retirar el alicatado o, al menos, rellenar las juntas para nivelar la superficie.
A partir de ahí, tienes mil ideas para llevar a cabo. Lo más sencillo es revestir una única pared para darle protagonismo. Si te decides por la del lavabo, solo tienes que elegir un motivo que contraste con el resto de las paredes. Un espejo decorativo, y tal vez un par de apliques, y el resultado será espectacular.
Vestir todo el baño de papel pintado también es posible, pero en ese caso conviene elegir bien los colores y sobre todo los estampados para que el resultado final no sea agobiante, especialmente en baños pequeños. En estos, una idea que funciona estupendamente es revestir una de las paredes para darle profundidad y que así parezca más amplio.
¿Y en la bañera? Aunque sea una zona delicada, también es posible colocar en ella papel pintado. De hecho, es una forma increíble de darle relevancia, sobre todo si tenemos una bañera decorativa. Pero incluso en duchas el papel pintado es perfecto para conseguir un cambio de aires realmente atractivo en el baño.
Una vez decidida la zona en la que se va a colocar el papel pintado, lo siguiente es elegir el acabado. Motivos sencillos, patrones geométricos y colores suaves son la mejor elección para baños más clásicos. Pero si prefieres un cambio radical, murales, patrones irregulares y colores eléctricos son perfectos. ¿Algo más discreto? Papeles texturizados, que siempre son elegantes.
En cualquiera de los casos debes tener en cuenta no solo el estilo que quieras imprimir al baño, también sus dimensiones y la iluminación. Patrones muy grandes en baños pequeños no son buena idea, como tampoco lo son colores oscuros. En cambio, si el baño es amplio, incluso puedes jugar con murales para, por ejemplo, esa pared de la bañera o de la ducha.
Qué tipo de papel pintado elegir para el baño
El baño es una estancia húmeda. Y eso quiere decir que siempre hay que elegir un papel pintado adecuado, que soporte sin problemas esas condiciones. Ese papel es el vinílico. Se fabrica a base de celulosa y fibras, pero la gran diferencia respecto a otros es el revestimiento de vinilo de su capa exterior. Esa capa lo hace impermeable y lo protege de la humedad.
En el baño también se puede colocar papel vinilizado. ¿Cuál es la diferencia respecto al vinílico? Esa capa exterior, que en este caso es un barniz especial. Gracias a ello es un papel lavable, pero es menos resistente que el vinílico. Esa diferencia es importante, sobre todo si tenemos en cuenta la zona en la que se va a colocar. En paredes muy expuestas, como la del lavabo o la ducha, sin duda, la elección debe ser papel vinílico.
Y no solo es importante el tipo de papel que elijas, también la instalación. Lo ideal es asegurarse de que el soporte es poroso para que la adherencia del papel a la superficie sea la adecuada y, si es necesario, aplicar una capa extra de adhesivo. Eso evitará que el papel pueda despegarse de algún área en concreto.