El espárrago no es más que el brote de la planta esparraguera, que se cosecha inmaduro, antes de que se ramifique y se endurezca. Tiene una forma cilíndrica, es carnoso y está recubierto de finas hojas protectoras a modo de escamas. Seguro que lo has podido ver alguna vez.
Según el método de cultivo que apliques, obtendrás espárragos blancos o verdes. En este artículo, te queremos enseñar a cultivarlos, por lo que a continuación te daremos todas las pautas que has de tener en cuenta. Si esto te interesa, continúa con tu lectura.
Espárrago blanco o espárrago verde
En todos los supermercados y comercios puedes encontrar en la sección de latas y tarros espárragos de todos los tamaños y grosores, siendo la mayoría espárragos blancos. Sin embargo, también encuentras espárragos verdes, aunque sean la minoría. La diferencia entre un tipo de espárrago y otro tiene que ver con la fase del cultivo en la que se encuentren:
- Espárrago blanco: es el tallo que ha crecido dentro de la tierra y todavía no ha brotado hacia el exterior, por lo que se le puede considerar un brote joven.
- Espárrago verde: el espárrago se convierte en uno verde cuando ya ha salido hacia afuera y ha estado expuesto al sol. Cuando sale, pasa por un proceso clorofílico o fotosíntesis, motivo por el que adquiere ese color.
Nutricionalmente son prácticamente iguales, aunque el sabor de los verdes suele ser más intenso y el de los blancos más suave. Ahora que ya sabes las principales diferencias entre un tipo de espárrago y otro, vamos a explicarte cómo, cuándo y dónde plantarlos y cultivarlos, para que puedas obtener por tu cuenta los que quieras.
Guía definitiva para el cultivo del espárrago
Nosotros queremos ponértelo muy fácil para que te conviertas en poco tiempo en un experto en cultivar espárragos. Por eso, en este apartado te contaremos absolutamente todo lo que debes tener en cuenta para que todo salga bien. Dicho esto, lo primero que debes hacer es preparar el suelo adecuadamente antes siquiera de plantarlo. Te recomendamos para ello cavar una zanja de unos 30 centímetros de ancho en un punto soleado del terreno, aunque la planta también responde bien en una zona de semisombra.
Antes de lanzarte a cultivar espárragos, debes saber que pueden crecer en la huerta hasta por un periodo de 10 años. Por tanto, es necesario tener paciencia. Es por ese motivo, además, por el que conviene preparar muy bien el suelo. Para ello, prepara una mezcla de compost, estiércol o humus de lombriz. Esta base proporcionará al espárrago los nutrientes que necesita para desarrollarse.
Formas de cultivar los espárragos
Tienes dos formas disponibles para hacerlo:
- La menos común: comprar semillas y preparar un semillero. Esta manera tiene una clara desventaja, y es que tardarías hasta dos años más en cosechar los espárragos. ¿Para qué esperar más tiempo, no?
- La más recomendable: sobre todo para los que están empezando. Debes comprar los rizomas, llamados garras, y plantarlos o a finales de invierno o a principios de primavera. Es un cultivo un poco diferente al que estarás acostumbrado, pero los resultados son magníficos al final.
El clima ideal para cultivarlos
El espárrago, por lo general, se adapta muy bien a todo tipo de climas, aunque es una hortaliza que prefiere temperaturas entre 18 y 25 grados centígrados para su perfecto desarrollo. Gracias a sus reservas radiculares, soporta tanto heladas fuertes como suaves, con lo cual podría volver a brotar sin problemas después. No obstante, lo que peor lleva son los cambios bruscos de temperatura, los cuales se suelen dar entre la noche y el día.
Como hemos explicado anteriormente, cultivar un espárrago bien puede durar hasta 10 años, por lo que lo más aconsejable es colocar las semillas o los rizomas en una zona mínimamente soleada si quieres obtener un espárrago triguero o verde. En cambio, si quieres espárragos blancos, este consejo sería menos importante, ya que se adapta bastante mejor a lugares no soleados.
Plantación y cuidados
Una vez tienes ya tu zanja excavada en el lugar más idóneo y has preparado la mezcla perfecta para aportarle al espárrago todos los nutrientes que necesita para crecer, llegó la hora de plantarlo y de empezar a cuidarlo. A partir de esta fase, debes seguir estos pasos obligatoriamente si quieres que todo salga bien:
- Cubre los primeros 10 centímetros de la zanja con el compost que has preparado y planta las garras en ella. Asegúrate de que las raíces queden lo más extendidas posibles y con la corona apuntando hacia arriba. De lo contrario, el espárrago no crecerá adecuadamente.
- Separa las garras unos 50 centímetros entre. Después, cubre el resto de la zanja con la tierra. Esta tierra debe ser rica en materia orgánica y ser bastante suelta. Si esta tierra es muy arcillosa, añade más compost a la mezcla.
- Riega abundantemente y hazlo de nuevo una vez a la semana hasta que los espárragos empiecen a crecer. Para mediados o finales de primavera, deberías empezar a ver los brotes.
En cuanto a los cuidados y a lo que debes tener en cuenta en todo momento del proceso de cultivo, te damos estas pautas que tienes que cumplir sí o sí:
- El suelo debe mantenerse siempre bien drenado y ha de ser muy rico en nutrientes. Si no está bien drenado, pueden aparecer hongos o las raíces se pueden pudrir.
- Esta planta no tolera el exceso de humedad, por lo que si vives en una zona lluviosa o húmeda, no necesitarás regarla tanto.
- En climas templados y soleados, un riego cada 10 o 15 días será suficiente. Para evitar que se acumule demasiada humedad, evita humedecer el suelo de alrededor del cultivo.
- La cosecha de espárragos debe hacerse cuando éstos midan entre 10 y 15 centímetros y durante los meses cálidos (unas 5 o 6 semanas a finales de la primavera). Deja dos tallos sin cortar para permitir realizar una buena fotosíntesis a la planta. Tienes que dejar descansar a la planta durante un mes, para que las raíces se recuperen.
Esperamos que esta guía te sirva. ¡Mucha suerte con tus espárragos!