Reducir el consumo de energía de una vivienda es algo clave para que, a su vez, se reduzca el importe de las facturas de suministros que tenemos que pagar en nuestra vivienda. Sin embargo, esto implica adoptar pautas cercanas a la sostenibilidad y hacer un uso consciente de los electrodomésticos que tenemos.
El lavavajillas es uno de ellos y, si analizamos su gasto energético, podremos observar que encabeza la lista de dispositivos de una vivienda que más consumen. Pero, adoptando unas sencillas pautas, podemos conseguir que esta tendencia cambie y hoy te vamos a explicar qué pautas son.
El lavavajillas, uno de los electrodomésticos que más consume
Antes de entrar a conocer cuáles son las pautas que podemos aplicar cada día a la hora de utilizar el lavavajillas, es esencial que entendamos cuál es el consumo real de este aparato en términos generales. Así podemos ver que, en promedio, un lavavajillas va a consumir alrededor de 1,5 a 2 (kWh) por cada ciclo de lavado. Esto implica un gasto de luz importante, pero ese no es el único que debe preocuparnos. Y es que, si nos ponemos a analizarlo, este aparato también puede gastar alrededor de 10 o 15 litros de agua.
Esto implica que no debemos medir la eficiencia energética del lavavajillas solamente teniendo en cuenta el gasto de luz, sino también el de agua. Pudiendo conseguir que este se reduzca gracias a los consejos que te vamos a dejar a continuación.
Las mejores pautas para gastar menos luz a la hora de usar el lavavajillas
Ahora que ya sabemos con mayor profundidad qué consumo puede tener este aparato y por qué fundamental tratar de reducirlo, veamos qué podemos hacer para lograrlo.
Carga tu lavavajillas al completo
Muchas veces tenemos la costumbre de poner el lavavajillas cuando aún no está completo, pensando que esto no va a afectar al gasto energético, pero no es así. Utilizarlo con una carga completa nos ayuda a maximizar la eficiencia porque el aparato aprovecha todo lo posible sus recursos de energía. Y, además, a ti te ayudará a no tener platos o cacharros por medio de la cocina sin limpiar.
No pre-laves antes los utensilios
Un error que cometemos muy a menudo es el de pre-lavar nuestros platos antes de meterlos en el lavavajillas, todo ello con el objetivo de facilitar el lavado. Esta idea podría ser interesante, en el caso de que los platos tengan restos de comida muy pegados, pero también conlleva un consumo alto de agua. Además, si no están resecos, también podemos retirarlos de forma sencilla con un papel. La mayoría de los lavavajillas modernos están diseñados para eliminar la suciedad y los residuos de alimentos, por lo que lo mejor es que omitas este paso.
Elige un programa que sea adecuado
Elegir el programa de lavado correcto para nuestro caso es una de las bases a la hora de conseguir que nuestro lavavajillas consuma más o menos y, para hacerlo, tenemos que guiarnos por la cantidad de suciedad que haya en los platos. Por eso, si no están muy sucios, te recomendamos optar por ciclos más cortos como el lavado rápido o el eco, los cuales utilizan menos agua y energía. De esta forma no solo estarás cuidando de tu bolsillo, sino también del planeta.
Mantén limpios los filtros
Al igual que en otros aparatos, el hecho de que nuestro lavavajillas se encuentre más o menos sucio va a influir de forma directa en su consumo energético. Por eso es importante que llevemos a cabo una limpieza interna y especialmente de los filtros. Para ello, lo mejor es que recurras a las instrucciones del fabricante, ya que allí verás la manera de sacarlos y limpiarlos correctamente. Porque, un filtro obstruido puede afectar al rendimiento de tu lavavajillas y hacer que consuma más energía.
Si tiene función de secado caliente, apágala
No todos los lavavajillas tienen esta función, pero los más modernos sí. Se trata de una opción que te permite secar los platos una vez finalizado el ciclo para que puedas colocarlos directamente en su sitio. Sin embargo, el secado caliente del lavavajillas, también consume mucha energía, por lo que el hecho de emplearlo puede tener serias consecuencias en tu factura de la luz.
Por eso lo más recomendable es que lo desactives y optes por el secado al aire libre. Es decir, abrir la puerta del electrodoméstico una vez haya terminado el ciclo para permitir que los platos se sequen solos. Algo que, además, te va a ayudar a evitar la condensación en el interior del aparato.
Utilízalo en las horas de menor consumo
Las horas a las cuales utilizas el lavavajillas también pueden ser claves si buscas que gaste menos luz. Pero, para saberlo, es necesario que conozcas en profundidad tu tarifa de la luz y sepas si se te factura el kWh al mismo precio en cualquier franja horaria o no. Si en tu caso tienes tramos valle, sería interesante que aprovechases los mismos para programar, no solo tu lavavajillas, sino cualquier otro electrodoméstico de tu cocina. Así conseguirás reducir el gasto energético general de la misma y tu bolsillo lo agradecerá.