Las calderas son uno de los elementos que se utilizan de manera habitual para proveer de calefacción a nuestro hogar. Si bien es cierto que, con la subida que ha experimentado el gas los últimos meses, cada vez son más los usuarios que están buscando otras alternativas.
No obstante, debemos ser conscientes de que existen muchos tipos distintos de calderas y no todas funcionan de la misma manera ni tienen el mismo consumo. Por eso hoy queremos hablarte de las calderas eléctricas y todas las ventajas que pueden aportarte. Continúa leyendo para descubrirlas.
Calderas eléctricas: qué son y cómo funcionan
Dentro del ámbito de la calefacción podemos encontrar múltiples soluciones que nos ayuden a calentar nuestro hogar, y una de ellas son las calderas eléctricas.
En este caso, se trata de un dispositivo que emplea la electricidad como fuente de energía para generar calor. Lo que supone dejar de lado el gasto de otras fuentes de combustible con mayor precio, como es el caso del gas.
El funcionamiento de una caldera eléctrica es bastante simple: cuando se enciende el sistema de calefacción, un elemento calefactor eléctrico se activa y comienza a calentar el agua del sistema de calefacción, la cual se distribuye a través de tuberías y radiadores para calentar la casa.
Además, es importante destacar que, en comparación con otras fuentes de calefacción, las calderas eléctricas son generalmente más eficientes y más fáciles de instalar.
Qué tipos de calderas eléctricas podemos encontrar en el mercado
Al igual que ocurre con otros dispositivos similares, existen diversos tipos de calderas eléctricas en el mercado. Entre ellas:
- Calderas eléctricas de almacenamiento. Este tipo de calderas tienen un tanque que almacena el agua caliente para que la empleemos cuando resulte necesario.
- Calderas eléctricas instantáneas. En este segundo caso, el agua se calienta a medida que la utilizamos, por lo que no se emplea ningún almacenaje.
Cuáles son las ventajas de las calderas eléctricas
Finalmente, solo nos queda saber qué es lo que pueden aportarnos estas calderas en comparación con alguno de los otros tipos que podemos encontrar en el mercado, como las calderas de gasoil o de condensación.
Estos son los beneficios que tiene este sistema de calefacción.
- Instalación sencilla. Este tipo de calderas son muy fáciles de instalar, ya que no requieren un conducto de combustible ni un conducto de chimenea, cosa que si ocurre con las calderas de gas.
- No requieren combustible. No emplean gas ni combustible líquido, lo que significa que no hay necesidad de almacenar ni transportar combustible. Esto también implica que son dispositivos mucho más seguros.
- Necesitan menos mantenimiento. Al no tener quemadores ni conductos para limpiar, las tareas de mantenimiento son mucho menores que en otro tipo de calderas.
- Más eficientes energéticamente. Son muy eficientes a la hora de generar calor, ya que no hay pérdida del mismo debido a la combustión o a la ventilación de los productos de combustión.
- Ahorramos en nuestra factura. Especialmente si se usa electricidad que provenga de una fuente de energía renovable.
Como ves, las ventajas de este tipo de dispositivos son bastante interesantes, si bien es cierto que debes elegir una buena tarifa eléctrica para no sufrir un incremento de los costes derivados del uso de la misma. Esperamos que este post te haya servido para conocerlas un poco mejor.