Para los encargados de la colada en casa, uno de los momentos más frustrantes y estresantes es terminar de lavar la ropa y darnos cuenta de que una prenda se ha desteñido y ha soltado el color manchando todas las demás. Aquella limpieza y pulcritud esperada se ha convertido en un carnaval de colores que para nada es un festejo.
Algunas veces pudo haber sido por descuido que un calcetín rojo se coló, otras por fastidio de separarla previamente, sea cual sea la razón, nadie está exento de este tipo de accidentes, por eso queremos contarte cómo clasificar la ropa antes de lavarla y otros prácticos consejos que te ayudarán a limpiar y cuidar tus tejidos y que los resultados del lavado sean impecables.
¿Cómo clasificar la ropa para lavar la ropa?
Errar es de humanos, pero aceptarlo y corregirlo es de verdaderos sabios, así que si estás aquí es porque quieres saber qué ropa no lavar junta, bajo qué criterios deben dividirse y cómo aprovechar al máximo el potencial de la lavadora para obtener prendas bien limpias, en buen estado, con buen aroma y la tonalidad correcta que deberían tener. Estos son los pasos a seguir:
Por color
El primer paso es conocer como separar la ropa por color para que no se tiñan y aparezcan sorpresas indeseadas al terminar el lavado. Fíjate como:
- La clave es lavar los tejidos blancos con temperaturas de 30 a 60 °C y con productos blanqueadores en una sola colada.
- Los de tonalidades claros o pasteles con detergente común en otra y a no más de 30° C.
- Finalmente, los tonos oscuros como el negro, azul, verde, gris, marrón e incluso el rojo deben lavarse aparte con agua templada a no más de 20 °C.
Evita a toda costa meter en la lavadora una prenda de color nueva, pues lo más probable es que suelte el tono y se destiña, manchando todas las demás. Lo recomendado es lavar a mano por sí sola y dejarla en remojo por un rato con agua templada y un poco de sal, luego, puedes repetir este proceso hasta que deje de desprender el color.
Por grado de suciedad
Es fundamental que se clasifiquen de acuerdo a la magnitud de la suciedad, es decir, trata de separar las prendas que no están manchadas de las que sí, puesto que las telas con manchas, mal olor o más mugre probablemente requieran tratos especiales, ciclos específicos de lavado, productos quitamanchas, remojo por varias horas o agua a temperaturas más elevadas.
Mientras que, la ropa que no se ha ensuciado tanto se puede lavar con un ciclo rápido, sin agua caliente y sin gastar tanto tiempo, energía y detergente.
Por el tipo de tejido
Jamás olvides que la tela delicada y fina debe lavarse con un programa delicado, detergente con pH neutro, o de preferencia, a mano para evitar maltratar el tejido con el roce con otras prendas. Separa el algodón y las piezas sintéticas de la lana, lino y seda. De ser posible, al lavarlas en lavadora, mételas en una funda de almohada para evitar el deterioro acelerado de las fibras.
Otra valiosa recomendación es lavar las toallas y ropa de cama aparte del resto de la ropa para no perjudicar tu ropa, llenarlas de pelusas y bolitas que se adhieren a la tela.
Nota: lee siempre la etiqueta con las indicaciones del fabricante para asegurarte el tipo de lavado automático que requiere la tela, si debe ser a mano o si únicamente admite una limpieza en seco.
Como recomendación final, aparta prendas con botones, broches, cremalleras y adornos y voltéalas al revés para que no se enganchen con cualquier otra y se dañen durante el lavado. Siguiendo estos simples consejos podrás mantener tu ropa en buen estado por mucho más tiempo. ¿Tú ya los aplicabas?