Tener una nevera ordenada en nuestro hogar es algo absolutamente clave, pues, de esta manera, evitaremos la contaminación cruzada de alimentos que no pueden almacenarse juntos y, además, sabremos con qué y cuántos productos contamos exactamente.
Mantener una buena organización en una nevera puede resultar complicado para algunas personas, sobre todo para aquellas que no tienen tanto tiempo como para ponerse a hacerlo una tarde cualquiera. Con este artículo, esperamos ayudarte a que lo hagas rápido y bien.
Cómo organizar bien los alimentos de la nevera
Lo primero de todo para conservar la nevera en perfecto estado es comprobar que la temperatura es la más adecuada: 5 grados centígrados para la nevera y -18 para el congelador. Una vez te asegures de este dato, podrás ordenar los productos que guarda siguiendo estos consejos:
Cierra los productos de la nevera en la medida de lo posible
Si un producto alimenticio no está cerrado en condiciones puede impregnar a otros alimentos con su olor, pudiendo producir la contaminación cruzada que hemos comentado anteriormente. Además, en el peor de los casos, un alimento puede quedarse pegado a otro en tu nevera. Evita esto a toda costa.
Este consejo aplica a todo tipo de productos: yogures, salsas, quesos, platos preparados, briks de leche, embutidos… Además, si están bien cerrados, aguantarán mucho más tiempo en tu nevera y te los podrás comer cuando te plazca.
Alimentos para colocar en la puerta de tu nevera
Las baldas que se encuentran por dentro de la puerta es la parte más expuesta a los cambios de temperatura del frigorífico, lo cual es lógico, pues la nevera se abre y se cierra constantemente. Por ese motivo, conviene colocar aquí alimentos no demasiado grandes y que no sufran en exceso estos cambios.
En esta parte de la nevera, puedes colocar, entre otros productos: mantequillas, tarros de mermeladas, huevos (en la parte superior)… También puedes situar en las baldas todas aquellas bebidas que no necesiten enfriarse mucho, como la leche o el zumo. Sin embargo, no todos los tipos de leche deberían ir en estos compartimentos: únicamente las que no sean frescas.
Los cajones de la nevera
Son el espacio ideal para las frutas y las verduras, pero no hace falta que metas absolutamente todas las hortalizas que compres dentro de estos cajones-bandeja. Por ejemplo, las cebollas pueden aguantar perfectamente fuera del frigorífico.
También debes tener en cuenta que verduras como los puerros, las zanahorias, el apio, el pepino, los repollos… no necesitan tanto frío continuado. Nosotros te recomendamos adquirir cajones más modernos, que cuenten con sistemas de aireado, pues, de esta manera, evitarás que los alimentos que guardes allí se estropeen con facilidad.
El piso superior de la nevera
La parte de arriba del frigorífico tiene que estar reservada para productos que no necesiten demasiado frío y estén cerrados o incluso algunas piezas de fruta, como las peras. Debes saber que es el área menos fría de la nevera, así que aguantarán mucho mejor los productos con algún conservante añadido.
Alimentos en escabeche, en salazón, encurtidos… son los productos ideales para esta parte de la nevera. Por ejemplo, si quieres guardar unas anchoas en aceite, deberías escoger el piso superior para hacerlo.
Zona media y más cercana al congelador
La parte más cercana al congelador, como es lógico, es la parte más fría de la nevera. Por eso es ideal para carnes, pescados y tuppers con restos de comida. No hace falta decir que la comida que nos sobre tenemos que guardarla bien cerrada, en una bolsa o en un tupper.
En cuanto a la zona media de la nevera, tiene la temperatura ideal para embutidos, quesos… y alimentos similares. Este tipo de productos necesitan un frío especial para conservarse y mantenerse bien cerrados.