A la hora de elegir un sistema de calefacción para nuestra vivienda, las calderas son uno de los más populares y ampliamente utilizados por muchos motivos.
No obstante, a la hora de adquirirlas, debemos tener en cuenta que existen distintos tipos cuyas características y ventajas son distintas. Por eso hoy vamos a conocer dos de las más comunes: las calderas estancas y las calderas de condensación.
Caldera estanca o de condensación: cuál es la mejor opción para tu vivienda
Antes de tomar la decisión de elegir un tipo de caldera u otro para nuestra casa, es importante conocer el funcionamiento de las mismas.
Por eso, a continuación nos vamos a centrar en conocer el funcionamiento de estos dos tipos de calderas y cuáles son sus diferencias.
Caldera estancas: cómo funcionan
En primer lugar, vamos a conocer un poco mejor las calderas estancas, que son aquellas que se utilizan para proporcionar calefacción y agua caliente sanitaria en edificios residenciales y comerciales.
El término estanca hace alusión a que la caldera está sellada herméticamente y aísla el proceso de combustión del aire circundante, lo que la hace más segura y eficiente que las calderas convencionales. Además, emplean un ventilador para extraer los gases de combustión y expulsarlos al exterior de manera segura.
Así funcionan las calderas de condensación
Por su parte, las calderas de condensación funcionan de manera similar a las tradicionales, pero de una manera mucho más eficiente porque aprovechan la condensación producida en la combustión para generar más calor.
Esto hace que sea menos necesario usar una alta cantidad de combustible, con el consiguiente ahorro que eso supone.
Las 4 diferencias entre las calderas estancas y de condensación
Como acabamos de ver, ambos tipos de calderas tienen un funcionamiento diferente, pero para entenderlo mejor, vamos a ver cuáles son las 4 diferencias principales entre ambos sistemas de calefacción.
- Tipo de combustión. Si bien es cierto que ambos tipos de calderas queman gas para generar calor, las calderas de condensación aprovechan el calor latente del vapor de agua en los gases de escape, mientras que las calderas estancas simplemente expulsan los gases de escape al exterior sin recuperar este calor.
- Eficiencia energética. Por otro lado, las calderas de condensación son más eficientes que las calderas estancas, precisamente porque aprovechan ese calor latente. Esto significa que las calderas de condensación consumen menos gas para producir la misma cantidad de calor que las calderas estancas, lo que se traduce en un ahorro de energía y de costos.
- Emisión de gases nocivos. Además, las calderas de condensación emiten menos gases de efecto invernadero y otros contaminantes que las calderas estancas, debido a su mayor eficiencia energética.
- Diseño exterior. Finalmente, otra cuestión que distingue ambos tipos de calderas es que las de condensación suelen tener un diseño más avanzado que las calderas estancas, con materiales aislantes de alta calidad y controles avanzados que optimizan su funcionamiento para maximizar la eficiencia energética.
De esta manera, podemos ver que ambos tipos de calderas tienen ventajas interesantes, si bien es cierto que las calderas de condensación continúan siendo la mejor alternativa a la hora de buscar el ahorro en nuestro hogar.