Nadie puede negar que el orden instaurado por Marie Kondo genere ambientes de alegría y bienestar, además de incrementar los espacios disponibles y de incentivar la productividad y la salud física y mental de todos los que hacen vida dentro de espacios ordenados y limpios. Pero una cosa es segura y es que aunque el hecho de ordenar produce todas estas ventajas, también es seguro que la solución definitiva es la de dejar de comprar cosas desenfrenadamente.
Ordenar está perfectamente planteado en la búsqueda de la organización y de la limpieza de Marie Kondo, pero si continúas comprando y reponiendo los espacios de las cosas de las que acabas de deshacerte, no estás más que logrando un atentado contra tu economía y acumulando desechos de todo tipo que terminan en los vertederos. Sumando contaminación al medioambiente y alejándote de la sostenibilidad perseguida por Marie Kondo.
Ordenando a lo Marie Kondo sosteniblemente
Crear basura en exceso continuamente por culpa de una purga constante de objetos es una manera impresionante y muy eficiente de contaminar y Marie Kondo es partícipe de querer paralizar esta dañina actitud. Lo ideal es conseguir un equilibrio que te permita ir purgando las cosas que no te generen alegría, pero evitando remplazarlas por otras y evitando las compras a la ligera y sin ningún tipo de responsabilidad ambiental.
Si cada vez que ordenas y limpias a lo Marie Kondo y la cantidad de bolsas de basura va en franco aumento, es una señal increíble de que las cosas se están saliendo de control. Por lo que la única salida sostenible para este problema es la de conseguir parar de inmediato las compras de reemplazo o básicamente no comprar nada que no necesites y que no te genere alegría el hecho de tener el objeto contigo.
Marie Kondo y la creación de desechos tras sus purgas
Las bolsas llenas de basura crean un efecto de inmediata felicidad en todos aquellos que ordenan y limpian, pero recuerda que el orden a lo Marie Kondo tiene que ir ligado a una cierta dosis de sostenibilidad con la intención de no caer en problemas donde sin dudas la basura huye de ti, pero irremediablemente afectara a otros en su largo camino hacía ser desechada o en el mejor de los casos disfrutar de alguna cuota de reciclado.
El método KonMari es preciso con respecto a crear orden mientras nos deshacemos de las cosas y esta es una de las enseñanzas claves de uno de los libros de mayores ventas de la escritora de origen japonés. Las enseñanzas indican que tienes que revisar por categorías cada cosa que tengas y verificar que te hace feliz, si la repuesta es positiva lo almacenarás de un modo ordenado y si es negativa, simplemente te deshaces de él.
Alimentando la cultura de la sostenibilidad
Aparatos de cocina que no usas, equipos electrónicos dañados, regalos antiguos que no te gustan, ropa que tienes temporadas sin usar o que no te queda, productos de belleza caducados, una lista que puede sencillamente ser interminable. Todas estas cosas o la gran mayoría irán a parar a los containers de basura y de allí a los vertederos, salvo una fracción que será aprovechada por instituciones benéficas o por el reciclado.
Los resultados evidentemente de esta organización y de este orden hacen que las personas se sientan bien en su nuevo mundo minimalista, donde el orden se apoderó de cada rincón y donde ahora las energías fluyen en un constante y hermoso baile de positivismo y de buenas vibras. Pero con la conciencia muy poco tranquila al conocer que las consecuencias del orden de los espacios posiblemente las pagaran otras personas junto a tus desechos.
Una política radical que apoye incondicionalmente el lema de “si no te gusta, deshazte de él” está irremediablemente aumentando las tasas de adopción de una cultura hacia lo descartable. Por lo que el método KonMari según los expertos es perfecto, siempre y cuando sea una solución a corto plazo y donde la idea fundamental es desechar una única vez, adoptar el minimalismo y evitar volver a las compras compulsivas.