¿Alguna vez has escuchado la frase “somos lo que comemos”? Pues, la verdad es que tiene toda la razón. Y no solo se refiere a comida saludable o chatarra, sino también a la limpieza y el estado de las mismas. Es ahí donde cobra importancia la higiene alimentaria y las prácticas correctas que deben aplicarse para evitar que se estropeen y prolongar su buen estado y óptima calidad hasta el momento de su consumo
La importancia de la higiene de los alimentos es aún mayor en los meses calurosos del verano, donde las elevadas temperaturas ocasionan un deterioro y descomposición acelerada. Es por ello que debes conocer cómo conservar, manipular y garantizar la apropiada higiene de los alimentos mediante hábitos y técnicas sencillas que te enseñaremos a continuación.
Los 10 mandamientos de la higiene alimentaria
Recuerda que la prevención es siempre la clave principal para anticiparnos a los problemas, en este caso, no compres comida de manera compulsiva para que no se dañe y siempre lleva contigo una lista con lo que necesario. Luego, una vez que tus compras y tú lleguen a casa, pon en práctica estos métodos que te recomendaremos. ¡Presta atención!
La limpieza es fundamental
Y no exclusivamente de los utensilios y de la superficie donde estés picando, preparando o cocinando los alimentos, sino también de las manos. Lávatelas antes de empezar su manipulación, durante el proceso (varias veces) y al finalizar.
Guarda todo en envases con tapa
De preferencia con cierre hermético para que se conserven por mucho más tiempo y no se derramen por empujarlo accidentalmente al mover o buscar algún otro ingrediente en el refrigerador. Hacerte con un buen juego de recipientes para guardar comida en el armario, refrigerador o congelador te será de gran ayuda para alargar el buen estado de los alimentos y que no se contaminen.
No unas lo crudo con lo cocinado
Este es un error muy frecuente y que resulta muy contraproducente. Evita emplear los mismos cuchillos, tenedores o tablas de cortar para trocear alimentos crudos y ya cocidos (en especial si se trata de carne o pescado). De esta forma, se previene que las bacterias y microorganismos presentes en los líquidos crudos contaminen los que están a punto de consumirse que se encuentra alrededor, como las ensaladas o trozos de fruta y hortalizas.
Cocina la comida correctamente
Es fundamental que todo alimento listo para su consumo esté completamente cocido, guisado, asado o frito, de lo contrario, podría afectar en la seguridad alimentaria tanto propia como de tus comensales. Coche bien la comida a una temperatura adecuada (al menos 70° C) para que su exterior e interior queden bien hechos, sobre todo cuando se trata de piezas de pollo, rebanadas gruesas de carne, trozos de cerdo o pescado. En cuanto a sopas, estas deben alcanzar la ebullición por varios minutos, por lo que el riesgo es muy bajo.
Consume alimentos apropiados y agua potable
Además de elegir alimentos saludables para una dieta balanceada y beneficiosa para el organismo, estos deben estar frescos y limpios a la hora de comerlos. Lava totalmente las verduras, frutas y hortalizas antes de cocinarlas para eliminar cualquier bacteria y producto químico, y presta aún más atención a la suciedad y signos de putrefacción si las comerás crudas. Conoce más sobre el tema en este artículo sobre cómo lavar y desinfectar las verduras antes de comerlas para prevenir problemas estomacales.
Los expertos en el área no recomiendan el consumo de leche cruda, es decir, sin procesar mediante una óptima pasteurización o esterilización.
No descongeles a temperatura ambiente
Al descongelar fuera de la nevera a una temperatura incorrecta y por un tiempo prolongado, los microorganismos presenten son capaces de reproducirse y por su puesto que no es esto lo que quieres ¿Cierto? Lo idóneo es dejar que se descongelen en la parte inferior del frigorífico, bajo el grifo o en el microondas con la función específica para ello o seleccionando de 1 minuto en 1 minuto y vigilar el estado del alimento.
Alimentos que se dañan rápido ¡A la nevera!
Además de la medida anterior, es muy importante que todo alimento perecedero (cocinado o no), se conserven a una temperatura inferior a los 5° C, en especial durante los meses veraniegos. La comida cocinada no puede estar por más de dos horas a temperatura ambiente, así que, si te ha sobrado algo después del almuerzo, almacénalo en un recipiente con tapa y llévalo al frigorífico hasta el momento en que decidas comerlo nuevamente.
Cuando decidas recalentarlo, hazlo a alta temperatura para acabar con cualquier bacteria que haya aparecido. Y si te has pasado de la medida de cocción y has cocinado de más, procura calentarlo máximo dos días después ¡No dejes que la comida preparada pase muchos días en la nevera!
Si has comprado carne picada, cocínala el mismo día.
Ya que al haber estado por largos periodos de tiempo fuera del frigorífico, tiene mayor contacto con el aire y ha sido manipulada varias veces, por ende, el riesgo de patógenos es más elevado. En el caso del pescado, lo ideal es comprarlo y congelarlo hasta el siguiente día, puesto que, al estar fresco, puede estar infectado con Anikasis, un parásito causante de enfermedades.
Mantén tus paños, bayetas y estropajos limpios
Finalmente, no olvides lavar con lejía tus paños de cocina, esponjas y estropajos al menos una vez a la semana (de ser necesario de manera más frecuente), dejarlos secar al sol o totalmente extendidos luego de usarlos y reemplazarlos en un tiempo aproximado de tres semanas o un mes como máximo para que los microorganismos no se multipliquen en los tejidos.
Al finalizar, lava y limpia todo
No dejes esta tarea doméstica para después, aunque sabemos que no es lo más divertido ni agradable, el aseo de las encimeras, la estufa y los instrumentos empleados es uno de los mandamientos de higiene más estrictamente recordados. Lava los cuchillos y tablas de cortar con agua caliente para remover la comida cruda (como carnes o verduras) acumulada en ellos y limpia con productos desinfectantes adecuados para la superficie a tratar.
De más está decir que debes tener a la mano toallas para estornudar y, aunque te carcoma la tentación, NO chuparte los dedos ¿Está claro? Utiliza cucharitas para probar las mezclas y mantén tu lugar de trabajo aseado y tus alimentos en buen estado. La higiene de los alimentos en el hogar es crucial para lograr recetas deliciosas y seguras para tus seres amados.