¡El invierno está aquí! Y con ello nos dependimos de los shorts, las camisas suaves y las sandalias, al mismo tiempo, le damos la bienvenida a la ropa para frío, botas largas, abrigos mullidos, mantas, gorros, bufandas, guantes, la chimenea calentita y, si también es la hora de realizar la limpieza de invierno para tener la vivienda en su punto y poder disfrutar al máximo de esta época, ya que lluvia y la nieve traen consigo ciertas dificultades, tanto fuera como dentro de nuestro hogar.
Con cada cambio de estación es indispensable limpiar la casa a fondo y adecuar cada estancia a las condiciones climáticas. En el caso del invierno, se trata de meses en los que salimos poco de casa, los muebles exteriores son olvidados, las parrilladas no son comunes y llegan más familiares de visita, entonces, ¿por qué no estar en un ambiente limpio y agradable? Sigue leyendo y toma nota de estos prácticos consejos para limpiar la casa en invierno y plantarse firme ante los días más fríos del año.
Cómo mantener tu casa limpia y ordenada en el invierno
Mantener el orden y la óptima limpieza en el hogar es vital si quieres sentir un ambiente reconfortante en cualquier época del año. En esta época invernal, lo primero es sacar todo aquello no quieras utilizar más y donar sin remordimiento y a quienes le den una mejor utilidad. Ahora bien, la pregunta es: ¿Por dónde empezar? Sigue estas recomendaciones para el aseo y la organización en casa durante el invierno y no dejes que el caos y el estrés se apoderen de ti.
¡Hola, prendas de frío!
Antes que nada, organiza la ropa. Sácalas del armario y dales una buena sacudida, lava las que estén muy llenas de polvo y colócalas sobre una esquina de tu cama o en una mesa para que las tengas a la mano y puedas observar fácilmente cuál te has puesto y cuál no, le darás un buen uso a cada prenda y así también podrás saber si quieres donar alguna porque ya no te queda o no te gusta y beneficiar a alguien más.
Atención especial con vidrios y ventanas
En el verano las ventanas permanecen abiertas por mucho más tiempo que otros meses, se llenan de polvo, suciedad e insectos en los rieles. Por eso, limpia bien los vidrios y persianas con un paño de microfibra seco o la aspiradora, agua tibia y jabón neutro, de esta forma evitas que se convierta en barro una vez inicien las lluvias y la humedad.
Nota: No olvides secar bien el vidrio al finalizar.
Limpia las cortinas y alfombras
Estos son los textiles más expuestos cuando las ventanas están abiertas, se llenan de mugre y básicamente a diario tienen contacto con el ser humano —incluso con las mascotas—. Aspira las alfombras a fondo y límpialas a mano siguiendo las indicaciones del fabricante, lava las cortinas en lavadora o a mano dependiendo del material y no olvides lavar las fundas de los cojines del sillón.
No te olvides del jardín, la terraza y los ambientes de exterior
A pesar de que el descenso de la temperatura nos obliga a olvidarnos un poco de estas zonas, es esencial darles un mantenimiento regular, barriendo, lavando los suelos y cubriendo con plástico los objetos que estarán expuestos a la lluvia y frío, por ejemplo, los muebles, mesas y demás (de ser posible, guárdalos en el interior).
Aspira profundamente cada rincón
¡No te conformes con pasar aspiradora alrededor de los muebles! Vamos con todo, mueve camas, baúles, levanta las alfombras y sacúdelas en el patio, quita toda la suciedad y el polvo acumulado durante el verano, pues lo peor que puede suceder es una crisis de alergias en esta época.
Aprovecha de vaciar los botiquines, cajones al lado de la cama, biblioteca y saca todo medicamento vacío o expirado, basura amontonada y mugre.
Escribe listas de tareas
Si no quieres perder el tiempo caminando de aquí para allá sin saber qué hacer, elabora un listado con aquellas áreas que se asean menos y tacha las que estén hechas. Revisa la calefacción, aísla las tuberías para que no se congelen, limpia y tapa tu piscina, despeja las canaletas de hojas, tierra o piedras y no olvides limpiar el aire acondicionado para que no acumule polvo, bacterias, hongos, ácaros, y otras impurezas.
No es tan complicado preparar la casa para el invierno, solo que requiere un poco más de tiempo y dedicación. Recuerda que, a pesar del frío, es fundamental ventilar de forma periódica, ya que las paredes y los vidrios pueden mojarse, ocasionar manchas y hongos perjudiciales para la salud.