Bajo el símbolo químico “Au” y con un nombre derivado del latín “aurum” que significa “brillante amanecer”, el oro es un metal empleado en gran cantidad de joyas, prendas, monedas y accesorios que usamos a diario y que necesariamente requieren de un adecuado mantenimiento y limpieza para resguardar y salvaguardar su espectacular brillo y de este modo lograr disfrutar de una estética acorde a la función (decorativa u otra) para la cual fueron creadas, además de mantener o de aumentar su valor comercial gracias a un estado externo óptimo y de altísima calidad.
La efectividad de los diversos métodos variará en dependencia del tipo de oro (blanco, rosa, amarillo). Además la tasa y la velocidad de deterioro no es la misma en todos los casos debido a que las aleaciones son diferentes. Por ello quiero entregarte un análisis y un resumen detallado de los diversos métodos de limpieza para cada uno de los tipos de oro que puedes conseguir en el mercado, un conocimiento sumamente valioso que podrás complementar al aprender a limpiar el bronce de tus objetos sin dañarlos.
Una limpieza basada en el tipo de oro
Oro amarillo
Representa el más común de los tipos de oro y el más buscado por los compradores dada la naturaleza de ser el más comercial de todos y el que mantiene un color mediante el cual es posible asociar tanto su valor como su belleza externa. Este tipo de oro puede mantener diversas graduaciones (10, 18 o 24 quilates) logrando ser inversamente proporcional su grado de dureza con la cantidad de quilates. Es decir: el oro de 10 quilates es mucho más duro y resistente que el de 24.
Este tipo de oro puedes limpiarlo empleando un paño especial (bayeta) para limpiar oro o utilizando un paño mojado con una mezcla de agua y amoniaco. Es importante mencionar que todos estos procesos de limpieza son efectivos contra la corrosión y contra la suciedad acumulada, pero si existe una abrasión (daño físico a su estructura) es imposible eliminarlo con métodos caseros y tendrás que llevarlo a una joyería para una reparación especializada.
Oro blanco
Está compuesto por una aleación entre oro amarillo y otros metales blandos (predomina el platino, el níquel o la plata) y es muy común una capa extra de rodio para ofrecer un acabado espejo a la joya. El oro blanco es más propenso o susceptible a deteriorarse con el paso del tiempo (perder su brillo) por lo que una limpieza exhaustiva y periódica alargara la vida útil de este hermoso material.
Oro rosa
Elaborado mediante una cuidadosa aleación de oro amarillo de 24 quilates, cobre y plata. Goza de ser la versión menos popular del oro y al momento de querer llevar a cabo una limpieza de esta variante tendremos la misma situación que con el oro amarillo.
Cómo limpiar el oro con efectivos métodos caseros
Aunque puedes trasladar tus prendas o herramientas de oro a tu joyería favorita es importante que sepas que puedes llevar a cabo una limpieza óptima con métodos e ingredientes que seguramente tienes en casa. Estas técnicas podrán devolver la belleza y el brillo a tu oro y mantener una valoración y un aspecto externo muy llamativo. Veamos seguidamente cuáles son estos métodos disponibles.
Una limpieza empleando agua y jabón
- Una técnica que te servirá para el oro amarillo, blanco y rosa y que consiste en llenar un recipiente con agua (templada) y jabón (lavaplatos).
- Cuando el jabón se haya disuelto por completo sumerges las joyas y dejas reposar por 20 minutos. Retiras las pendas y si la suciedad es muy grande puedes apoyarte empleando un cepillo dental de cerdas suaves y conseguir movimientos circulares.
- Enjuaga con agua tibia y secas con un paño limpio y seco, una técnica ampliamente utilizada es la de realizar el secado con movimientos circulares y conseguir alcanzar una excelente tasa de brillo.
Utiliza bicarbonato de sodio
La mezcla de bicarbonato de sodio con agua es ampliamente empleada para la limpieza del oro gracias a su efectividad para lograr conseguir brillo y eliminar la suciedad. Además, funciona en todos los tipos de oro y simplemente requiere de los siguientes pasos:
- Escoge un recipiente que sea de vidrio y fórralo con papel de aluminio (el oro al estar en contacto con este material alcanzara una limpieza óptima).
- Colocas la joya dentro del recipiente y agregas el bicarbonato de sodio hasta que logres cubrir la pieza por completo.
- Agrega agua hirviendo sobre la joya y déjala en remojo por 5 minutos, seguidamente cepillas con un cepillo de dientes de cerdas suaves y finalmente enjuagas con abundante agua y secas con un paño suave.
Vinagre para la limpieza del oro
El vinagre forma parte integral de los ingredientes aliados para lograr eliminar la suciedad (oro ennegrecido), además puedes maximizar el efecto de este método añadiendo bicarbonato al vinagre.
- Utilizaras 2 cucharadas de agua por cada 3 cucharadas de bicarbonato, removerás y mezclaras hasta conseguir una masa sumamente espesa y con una consistencia muy similar a la de la pasta de dientes.
- Con un algodón aplicarás esta pasta hasta cubrir completamente la joya.
- Coloca la joya en un envase plástico y añades el vinagre (blanco) hasta cubrirla por completo, déjala reposar por 5 minutos.
- Ya puedes retirarla y enjuagarla con abundante agua templada y secarla muy bien.
Pasta de dientes para lograr un oro brillante y libre de suciedad
Un recurso que funciona de maravillas con los diversos tipos de oro existentes, para lograr el éxito simplemente sigue los pasos que os dejo a continuación.
- Con la ayuda de un cepillo suave (de dientes) frotarás tus joyas con la pasta de dientes, recuerda que debes de realizar movimientos suaves y circulares para obtener los mejores resultados y evitar daños a la estructura del oro.
- A continuación enjuagas con agua tibia hasta que logres el resultado deseado, recuerda que puedes repetir este proceso si no consigues una satisfacción al 100 %.
- Al finalizar secas la prenda con un paño seco y permites que repose una media hora antes de guardarla para confirmar que no mantenga restos de humedad.
Apóyate en el amoniaco
Un proceso que aunque muy sencillo necesita de la necesaria atención dado que esta sustancia presenta cualidades corrosivas, por lo que se recomienda un máximo cuidado al momento de su manipulación y además debes estar 100 % seguro de que tus joyas no disponen de ningún tipo de lacado y que sean de oro puro. También deberás mantener la precaución de utilizar guantes (silicona) para evitar el contacto del amoniaco con la piel.
- Mezclas 6 partes de agua por cada parte de amoniaco, esto con la firme intención de reducir el poder de corrosión del amoniaco, a continuación sumerges las joyas en esta mezcla y de inmediato las impurezas comenzarán a desprenderse. No debes de mantener más de 1 minuto las prendas sumergidas porque podrían deteriorarse.
- Seguidamente enjuagas con abundante agua tibia y sécalas con un paño suave.
Las joyas de oro permiten incontables métodos de limpieza por lo que son perfectas para lucirlas en un estado magnífico y mantener el brillo natural de este preciado metal, además puedes maximizar su cuidado manteniéndolas almacenadas en bolsitas de tela por separado y evitando al máximo el contacto entre el oro y los productos de limpieza, colonias, lacas y cremas corporales que pudieran resultar dañinas para la estructura física de este metal.