Los radiadores son uno de los aparatos que más utilizamos en el hogar, especialmente en los meses más fríos del año. Y, no sabemos por qué, también son el aparato que menos limpiamos. No nos vamos a meter en si su limpieza es una tarea ardua o no, pero sí vamos a destacar que tenerlos limpios mantendrá los alérgenos lejos y funcionarán mucho más eficientemente.
Con la recién llegada de la primavera, es hora de hacer una limpieza general de la casa desde ventanas, puertas, persianas y, como no, los radiadores. Ahora es el momento perfecto para quitar todo el polvo acumulado tanto dentro como fuera de este aparato y, por eso, a continuación, te vamos a contar cómo se limpian los radiadores en casa.
Cómo se limpian los radiadores en casa
Aunque te cueste creértelo, los radiadores acumulan muchísimo polvo y suciedades y la mayoría de estos residuos, alrededor del 60%, vienen de las cosas que traemos del exterior y del polvo que cae en nuestra ropa. Por eso, es muy importante que reserves tiempo para su limpieza, para dejarlo libre de partículas en su interior y brillando como nuevo en el exterior.
Además, mantener el radiador limpio también te ayudará a reducir los gastos en luz y energía porque, cuanto menos polvo tenga, más rápido podrá calentar las habitaciones y durante más tiempo las mantendrá calientes. Aunque muchas veces puede resultar un poco laboriosa su limpieza, créenos que si sigues estos pasos de cómo se limpian los radiadores en casa, te resultará muy fácil y merecerá la pena:
1. Apaga la calefacción
Antes de empezar a limpiar tus radiadores, es muy importante que apagues la calefacción no solo por tu propia seguridad, sino porque así evitarás que el polvo que tiene acumulado dentro termine siendo expulsado hacia fuera mientras estás limpiando. Lo ideal es que te pongas a limpiarlos un par de horas después de haberlos apagado para asegurarte, de esta forma, que van a estar 100% fríos.
2. Aspira el interior
Los expertos recomiendan usar una aspiradora para hacerlo y no utilizar el plumero para ello ya que con una aspiradora te será más fácil llegar a todas las partes del radiador y te asegurarás de que el polvo queda bien aspirado. El plumero, por su parte, no te recogería el polvo, sino que más bien te lo expandiría por el aire. Además, muchas aspiradoras traen pequeños accesorios que pueden llegar perfectamente a todos los rincones internos de las placas del radiador.
3. Remata con un paño
Una vez has retirado todas las partículas de polvo, coloca una toalla debajo del radiador y utiliza un cepillo para expulsar el resto de residuos que se hayan quedado en el interior. Puedes usar un cepillo especial para radiadores o fabricarte el tuyo propio con un paño de microfibra liado alrededor de un trozo de madera. Lo único que tendrías que hacer es introducirlo para sacar la suciedad que aún quede dentro. Otro truco muy efectivo que dan los expertos es usar un secador, en el modo de aire frío, y pasarlo por todas las placas para que salga las partículas más pequeñas.
4. Limpia con agua y jabón
Llena un cubo con agua y caliente y jabón y, con la ayuda de una esponja, limpia la carcasa exterior del radiador. Asegúrate de tener suficiente espuma en la esponja y que esta esté húmeda pero que no gotee agua. Cuando termines, seca el radiador concienciudamente con un paño de microfibra para que no quede restos de agua que puedan oxidar el metal en un futuro.
5. No te olvides de los rodapiés
Una vez ya tengas limpio tu radiador, es hora de ponerte manos a la obra con los rodapiés. Para dejarlos relucientes como los chorros del oro, deberás coger otra vez otro cubo de agua limpia caliente y echarle jabón. Otra vez, con la ayuda de una esponja, límpialos muy bien porque, muchas veces, la suciedad se queda incrustrada en la pared. Frota la pared suavemente y teniendo mucho cuidado de no traerte la pintura.
Como has podido comprobar, cómo se limpian los radiadores de casa no es tan difícil ni requiere tanto esfuerzo como pensábamos. Te recomendamos que, por la salud de tus radiadores y la de tu bolsillo para que no se te dispare la factura de la luz, los limpies al menos una vez a la semana sin importar la época del año en la que estés.