Reducir el gasto energético se ha convertido en algo esencial durante los últimos meses. En este sentido, la calefacción y la luz han sido los principales focos de atención, pero también podemos adoptar pautas para ahorrar en otra serie de tareas habituales de nuestra casa, como puede ser la de cocinar.
Por eso hoy queremos hablarte de una tendencia muy actual que ya están implementando la mayor parte de las marcas de alimentos y muchos cocineros. Si quieres saber que es el passive cooking y cómo aplicarlo, continúa leyendo.
Por qué el Passive Cooking puede ayudarte a ahorrar energía
Antes de conocer en detalle por qué este tipo de técnica puede ser determinante para que ahorremos en nuestra factura energética, es importante saber en qué consiste.
El passive cooking parte de la base de aprovechar al máximo la energía que hemos utilizado para generar calor a la hora de cocinar nuestros platos. Es decir, consiste en buscar la manera de optimizarla para ser lo más eficientes posibles y así conseguir abaratar nuestra factura de energía cuando finalice el mes.
Además, el hecho de emplear la energía de una manera más eficiente también nos ayudará a ser menos contaminantes y así reducir el impacto de los gases nocivos en el Medio Ambiente hasta en un 80%. Medidas cruciales que pueden ayudarnos a cuidar nuestro planeta.
Cómo utilizar el Passive Cooking en la cocina
Una vez que ya sabemos en qué consiste esta nueva forma de cocinar, es fundamental entender cuáles son las claves para usarla, ya que de esta forma podremos conseguir el máximo ahorro posible.
A continuación te explicamos cuáles son las pautas más recomendables para comenzar a practicar el Passive Cooking:
- Ajustarnos a los tiempos de cocción recomendados. Una de las cuestiones primordiales consiste en respetar los tiempos de preparación de cada uno de los alimentos de manera exhaustiva para así ajustarlos lo máximo posible. Y es que, muchas veces, cocinamos a la vez que hacemos otras tareas y esto puede suponer que gastemos más tiempo del necesario en preparar nuestros alimentos.
- Aprovechar el calor residual. Como bien sabes, una vez ya se han apagado, los fogones continúan proporcionando calor durante un tiempo. Esta es la energía que debemos aprovechar para cocinar los alimentos en su totalidad, reduciendo los minutos en los cuales tenemos el fuego encendido en sí mismo. Por ejemplo, la marca Barilla ha indicado que es posible cocinar su pasta con tan solo 2 minutos de ebullición de agua, aprovechando luego el calor residual de la misma.
- Cocinar varios platos a la vez si es posible. Otro truco muy habitual a la hora de cocinar, es el de aprovechar que hemos encendido los fogones para realizar otras elaboraciones. En este sentido, uno de los elementos más útiles es el horno, puesto que nos permiten cocinar a la vez distintas recetas para así sacarle el máximo partido al calor del mismo.
- Eliminar la cocción si no es necesaria. Además, también podemos optar por incluir en nuestro menú otra serie de recetas cuyas preparaciones puedan ejecutarse en frío o que, aunque necesiten cocción, esta no sea demasiado elaborada. De esta manera conseguiremos eliminar aquellos recursos innecesarios y, como consecuencia, reduciremos el importe a pagar en nuestra factura.
Como ves, la esencia de esta nueva forma de cocinar se centra en reducir al máximo el uso del gas o de la electricidad, algo que puede suponer una reducción de un 80% de gases nocivos a la atmósfera. De esta manera, no solamente se consigue un importante ahorro para el bolsillo del consumidor, sino también reducir los daños provocados a nuestro planeta.