La lavanda comúnmente cultivada en los jardines se reconoce en el mundo botánico como Lavandula officinalis. Sus principales requisitos son mucho sol y buen drenaje, es decir que no es quisquillosa con el suelo, y su presencia atrae a las abejas, las mariposas y a otros polinizadores de jardín. Puedes plantar lavanda a lo largo de una pasarela, se puede cortar para formar un seto bajo alrededor de las plantas que sembraste en tu jardín o formando un borde aromático a lo largo de un camino, cerca de un área para sentarse o en maceta, ya que en recipientes también crece muy bien.
La lavanda es una hierba perenne, arbustiva y de fuerte aroma, que se cultiva por sus flores que son espigas de un hermoso color característico que se elevan sobre su follaje grisáceo y tienen un fuerte aroma. Sin duda, sirve como elemento de paisaje por su belleza y su capacidad para soportar el calor y la sequía. Pero, no solo es una hermosa planta de jardín, sino que también tiene valor culinario y medicinal. Aquí te explicamos cómo plantar lavanda en el jardín. Y si además quieres mejorar todo el espacio, entérate como plantar grama con el método más exitoso.
Qué debes hacer para plantar lavanda
Antes que nada, debes saber que es importante plantar a la lavanda en un lugar que reciba al menos de 6 a 8 horas de luz solar al día, es decir, a pleno sol. La lavanda prospera en la mayoría de las calidades del suelo, desde pobres hasta moderadamente fértiles, pero solo exige una cosa al suelo: debe drenar bien. El agua estancada y las áreas húmedas podrían fomentar la pudrición de la raíz. Puedes enmienda el suelo arcilloso o compactado con compost o estiércol envejecido para mejorar el drenaje.
Esta es el procedimiento de siembra de lavanda más usado
La lavanda se siembra mejor a partir de una planta joven a partir de la primavera, después de que el suelo se haya calentado a por lo menos 15 °C y haya pasado la amenaza de las heladas. Si plantas lavanda en el otoño, elige plantas más grandes y con más tiempo de establecimiento para asegurar su supervivencia durante el invierno.
Debes saber como aficionado a la jardinería, que no es fácil de cultivar a partir de semillas. Recomendamos comprar pequeñas plantas iniciales de un vivero de jardín o tomar un esqueje de madera blanda de una planta existente. Las semillas pueden tardar hasta tres meses en germinar y las plántulas deberán pasar el invierno en interiores en climas fríos. Para comenzar la plantación sigue los pasos que te mostramos a continuación:
- Abre agujeros en el terreno que escogiste lo suficientemente grandes para que quepa en cepellón. Planta a una distancia de 20 a 120 centímetros. Esto debido a que las plantas suelen alcanzar entre 60 y 90 centímetros de altura.
- Cubre las raíces con tierra y luego agrega mantillo, piedras o gravilla para mantener las malas hierbas al mínimo. Sin embargo, fíjate en que el mantillo esté alejado de la corona de la planta de lavanda para evitar el exceso de humedad y la pudrición de la raíz.
Recuerda que la lavanda necesita un buen drenaje y una buena circulación de aire. No riegues en exceso y deja que la tierra se seque antes de volver a regar. Cuando hay mucho calor y humedad, los hongos pueden atacar las plantas, volviendo las hojas marrones. Para minimizar la posibilidad de tener este tipo de problemas, cubre con guijarros o espolvorea arena alrededor de la base de la planta para una evaporación más rápida. Si corta las flores, córtelas de manera que la planta se adelgace un poco, dejándola abierta para una mejor circulación del aire.