Los puerros (Allium ampeloprasum var. porrum) son una verdura gourmet que se puede cultivar fácilmente en cualquier huerto familiar. Tienen un suave sabor a cebolla que le da un toque especial a cualquier comida, incluyendo sopas, así como estofados, potajes o guisos. Una vez que aprendes a plantar y cultivar puerros, puedes comer tanto las hojas verdes como el tallo blanco.
Los puerros se ven como cebollas verdes demasiado grandes, con un tallo blanco largo y cilíndrico. Las hojas son gruesas, planas y plegadas. En el supermercado, los puerros cuestan más, si comienzas la siembra en el jardín, serán una ganga. Con las técnicas de jardinería que te daremos a continuación, podrás comenzar a comer tus propios puerros antes de los que crees, además puedes acompañar tus vegetales sembrando plantas medicinales.
Cómo plantar puerros
Primero que nada, debes elegir un buen lugar, planta puerros en un lugar soleado, en un suelo fértil y bien drenado. Esa planta prospera jardines tradicionales, lugares elevados e incluso en maceta alta, así que elige lo que mejor se adapte a tus necesidades.
¿Qué necesito para plantar puerros con éxito?
Los puerros necesitan dos cosas para prosperar: mucho nitrógeno y humedad constante en el suelo. Si es posible, agrega compost al lecho de puerros la temporada anterior a la siembra.
Para producir un tallo blanco suculento, los puerros deben blanquearse, en otras palabras, cubrirse u ocultarse del sol. Para hacer esto, planta puerros en agujeros profundos. La plantación más profunda también produce una planta más resistente a la sequía.
Método de plantación
Crea una zanja estrecha de 15 a 20 centímetros de profundidad, luego mete las plántulas en la zanja, agregando tierra nuevamente para que llegue a la base de la primera hoja verde. Después de plantar, cubre la cama con paja o algún otro material orgánico para ayudar a que el suelo retenga la humedad. Alimente los puerros recién plantados con nutrientes vegetales comestibles comerciales cada siete días.
Riega los puerros según sea necesario hasta que se establezcan las plantas. Después de eso, las plantas requieren alrededor de 2 centímetros de agua por semana, ya sea por lluvia o riego. Toma en cuenta que la humedad inconsistente produce tallos duros. A medida que crecen los puerros, amontona la tierra de la zanja alrededor de los tallos, comenzando cuando los tallos tengan 2,5 centímetros de grosor.
Recomendaciones especiales para el cultivo de puerros
La tierra que cae en los pliegues de las hojas puede quedar atrapada entre las capas de piel del tallo. Para evitar que esto suceda, puedes deslizar una sección de tubo de papel, como papel higiénico o toallas de papel, sobre las plantas mientras aún son jóvenes en el momento de la siembra. El tubo se pudrirá durante la temporada de crecimiento, pero ayudará a evitar que la tierra entre en la base de las hojas durante el crecimiento temprano.
En las plantas jóvenes, las babosas pueden ser devastadoras. Puedes colocar trampas o usar métodos de control biológico. Si llueve mucho en el invierno o principios de la primavera, la pudrición de las hojas puede aparecer. La podredumbre se muestra como manchas blancas en las puntas de las hojas que eventualmente se marchitan. En este punto, no hay mucho que pueda hacer, excepto eliminar las plantas podridas y adelgazar la plantación para aumentar la circulación de aire.
En verano, las pústulas anaranjadas en las hojas indican la roya del puerro, que es peor en las estaciones húmedas de crecimiento. Retira el follaje afectado. Debido a que son tan resistentes al frío, es posible que aún te queden puerros en el jardín que hayan sobrevivido al invierno, plantados muchos meses antes. En este punto, sácalos porque arrojarán un tallo floral que arruinará la textura carnosa del tallo.