Limpiar a fondo puede ser una tarea doméstica a la que escapamos por un tiempo, pero llega un punto en que es necesaria. Y es que, no porque limpies más a menudo tu casa quiere decir que esté más impecable se necesita prestar atención aquellos objetos y partes más pequeñas que tienen contacto usual y que con el pasar del día alojan microorganismos y mugre que termina por adherirse.
Así que, si eres de los que limpia y repasa de forma general los suelos, encimeras, baño y cocina sin poner atención a puntos clave que están más escondido, te interesa conocer cuáles son los 9 lugares que se deben limpiar de manera más frecuente en el hogar y que lo más probable es que pasen desapercibidos.
Limpia más a menudo estas zonas del hogar
Para nadie es un secreto que con la crisis mundial ocasionada por la pandemia del Covid-19 las alertas de higiene se han encendido, haciendo que la mayor parte de la población adquiera nuevas rutinas de limpieza enfocadas en áreas específicas que son “olvidadas” –¿O ignoradas? El detalle está en que es vital que se mantengan y se realicen de manera habitual y evitar focos de gérmenes y bacterias a largo plazo. Ahora que sabes esto, es momento de que tengas en consideración estos sitios estratégicos a la hora de limpiar en casa:
El mouse, teclado y mando de distancia
Bien sea por temas de trabajo o para distraerte, estos objetos son uno de los que más contacto tienen con las manos todos los días, por lo que se recomienda limpiarlos con una bayeta húmeda con un poco de desinfectante natural como el vinagre o químico con fragancias de tu elección.
Pomos, picaportes e interruptores
Estas son quizás las zonas que más se agarran (y algunas veces con las manos no exactamente limpias), por ende, se deposita una gran cantidad de microorganismos y generalmente no se le presta la debida atención. Vamos, que no cuesta nada pasar un trapo cada cierto tiempo con un desinfectante de tu preferencia ¡El de lavanda me encanta!
El cubo de la basura
Quizá pensarás: “obviamente se deben lavar”, lo que tal ves ignoras es que son muchísimas personas que atrasan esta tarea ¡Por meses! Principalmente a causa de la pereza y el asco que genera el mal olor de los desperdicios. Lo ideal es sacarlo, lavarlo con lejía para desinfectarlo y dejarlo secar directo al sol para que elimine las bacterias y microbios adheridos a él.
Objetos del cuarto de baño
Si, es vital limpiar y desinfectar el inodoro, la ducha y el lavabo, pero también hay otras cosas que, si no se limpian, terminan siendo un nido de gérmenes infecciosos, como, por ejemplo: las alfombras (que con la humedad constante da paso a hongos), cortinas de ducha, escobilla del retrete (basta con mojarla con lejía), el vaso de los cepillos de diente, espejos, porta papel toilette, entre otros.
El interior de electrodomésticos
Bien sea el microondas o el horno, lo más probable es que la suciedad común de los alimentos quemados que se han derramado y la grasa se hayan incrustado al suelo y las paredes de su interior. Y no, limpiar esta capa grasosa y pegajosa no es la tarea más divertida -ni la más sencilla- pero es sumamente necesaria, puesto que, aunque con las elevadas temperaturas las bacterias acaban muriendo, el número de gérmenes que habitan en la mugre sigue latente.
Sumado a lo anterior, esta comida adherida puede causar que un delicioso plato o postre cambie de sabor, así que, indiscutiblemente frotarlo al menos una vez al mes es la manera más eficaz de deshacerse de este problema. Puedes hacerlo con productos químicos especiales para horno o con un truco casero arranca grasa, no tóxico y ecológico como lo es el bicarbonato de sodio, vinagre y limón combinados.
En el caso del frigorífico, a pesar de que por fuera se ve impecable, por dentro la realidad es otra. La mayoría de las personas limpian este electrodoméstico una vez al mes, pero debería ser más frecuente, especialmente el cajón de las frutas y verduras, así previenes la acumulación de hielo o “escarcha” con el pasar de los días. Para ello también el bicarbonato y el agua caliente son aliados eficientes, también puedes optar por amoníaco, jabón neutro y agua caliente.
Finalmente, es vital limpiar la lavadora en su interior, concretamente la goma, pues con el pasar del tiempo se llena de sucio que termina manchando la ropa y lo que sea que laves en ella.
El lavavajillas
Si, el lugar donde se hace la “magia de la limpieza fácil” de platos y cubiertos puede estar sucio por dentro ¡Y bastante! Conteniendo bacterias y hongos responsables de intoxicaciones, infecciones de piel y otras complicaciones de salud.
Por lo general esto es a causa de la comida que se queda atrapada y se acumula luego de varios usos, haciendo que se desprendan olores no tan agradables que terminan incomodando. Para remover estos alimentos amontonados debes destornillar la rejilla ubicada al fondo del lavavajillas y sacar el filtro, frotarlo con un cepillo, jabón y dejar que se seque (recomendamos hacer esto al menos una vez por semana, dependiendo de qué tan frecuente sea su uso).
Hecho eso, es hora de la limpieza de las superficies internas del lavavajillas. para ello, introduce un recipiente apto para lavavajillas lleno de vinagre blanco y programa el aparato en ciclo normal con agua a elevadas temperaturas, así, la suciedad y restos de jabón se desprenderán por sí solos.
Las almohadas
Ese lugar en donde reposas tu cabeza al descansar o dormir aloja polvo, ácaros y células muertas que se desprenden de la piel y el cabello, por este motivo se deben reemplazar cada 2 o 3 años. De igual forma, además de las fundas y la ropa de cama, las almohadas deben lavarse con detergente suave a temperatura media y dejarlas secar al sol para desinfectarlas. Si aplicas unas gotas de aceites esenciales su aroma será incluso más relajante y te ayudará a dormir.
El colchón
Al igual que las almohadas, con el tiempo el colchón se llena de ácaros y debe limpiarse cada 2 meses aproximadamente. La forma más sencilla de desinfectarlo es esparciendo con ayuda de un tamizador un poco de bicarbonato de sodio mezclado con unas gotas del aceite esencial de tu preferencia, hecho esto, se deja reposar una hora y se recogen los restos con una aspiradora.
Bayeta y estropajo
Los trapos, bayetas y los estropajos si no se lavan asiduamente (y bien), acumulan restos de alimentos, suciedad y humedad, creando un nido de bacterias y microorganismos llamado “Biofilm”, el cual hace que se sientan babosos, pegajosos y genera un olor desagradable. Así pues, es peligroso, puede causar infecciones e intoxicación alimentaria. Lo idóneo es lavarlos una vez a la semana remojándolos por una hora con lejía, dejarlos secar al sol por 24 horas y cambiarlas cada mes de ser posible.
Las alfombras
Diariamente caminas sobre ella con zapatos que vienen de la calle, se llenan de partículas de polvo, gérmenes y suciedad y aunque no es ideal lavarlas tan constantemente puesto que se desgastan y algunos materiales no toleran la humedad muy bien, es vital aspirarlas cada 3 o 4 días para recoger el exceso de polvo y eliminar manchas con productos adecuados que no sean agresivos con la alfombra.