La calefacción tradicional ha pasado a mejor vida, o al menos eso es lo que parecen indicar las tendencias de consumo. Utilizar un sistema tradicional formado por una caldera que funciona con gas, supone un coste mucho más elevado para los usuarios y está haciendo que muchos tomen la determinación de no encender la calefacción este año.
En su lugar, está aumentando la venta de radiadores eléctricos, un dispositivo que nos permite ahorrar en mayor medida. A continuación te explicamos los tipos que existen para que puedas comprar uno que se adapte a tus necesidades.
Tipos de radiadores eléctricos que puedes comprar para tener calefacción
Los radiadores eléctricos se han convertido en una de las alternativas más demandadas este año para hacer frente a las bajas temperaturas del invierno. El motivo es sencillo: gastan menos que la calefacción.
Pero, antes de tomar la decisión de comprar un modelo u otro, es importante conocer los distintos tipos de radiadores eléctricos que podemos encontrar en el mercado. ¡Toma nota!
Radiadores eléctricos con fluido térmico
Los primeros que nos encontramos, y probablemente uno de los más comunes, son aquellos que usan un fluido que transporta el calor en su interior. La mayor parte de las veces suele ser un aceite que circula dentro del aparato y calienta el mismo de manera uniforme.
Su consumo no suele ser demasiado elevado, por eso algunas marcas los denominan radiadores de bajo consumo.
Radiadores eléctricos de bajo consumo
Se llama así a aquello que utilizan un fluido térmico que está especialmente diseñado para alcanzar una inercia térmica mayor que la del agua. De esta forma, lo que se consigue es que el fluido tarde más en enfriarse y el radiador continúe emitiendo calor una vez apagado.
Es decir, requieren de menos tiempo de funcionamiento para proporcionar mayor cantidad de calor que otros modelos que podemos encontrar en el mercado. Si bien es cierto que tardan bastante más tiempo en calentarse, por lo que el consumo final es bastante similar.
No obstante, si vives en una vivienda que solamente necesite tener la calefacción encendida durante unas 5 o 6 horas al día, puede ser una de las opciones más adecuadas para ti.
Radiadores eléctricos por infrarrojos
La tercera alternativa que tenemos, son aquellos radiadores que se basan en la generación de ondas de radiación, que lo que hacen es calentar directamente los cuerpos en vez del aire, que es la función de los sistemas de convección más tradicionales.
En este caso, el gran beneficio que tienen es que no levantan polvo ni resecan el ambiente porque el aire no está circulando de manera constante.
Radiadores eléctricos de tecnología seca
En este caso, los dispositivos funcionan sin fluido térmico. Lo que hacen es utilizar una resistencia eléctrica para calentar el material del cual se componen, con lo cual este va a influir en el hecho de que el aparato tenga mayor o menor inercia térmica.
Actualmente, estos radiadores se comercializan elaborados en chapa, aluminio, cerámicos, mica o mármol. Elegir un tipo u otro mejorará la capacidad del mismo para proporcionar calor a nuestra vivienda.
Radiadores acumuladores eléctricos
Este tipo de dispositivos nos permiten sacar mayor partido a las tarifas eléctricas que tienen discriminación horaria. Lo que hacen es almacenar el calor en su interior durante la noche o en aquellos periodos en los cuales se aplica la tarifa reducida, para luego descargarlo a lo largo del día. Todo ello en función de las horas a las que lo tengamos programado.
Radiadores eléctricos de baja temperatura
Otro de los modelos que podemos adquirir son aquellos que funcionan a baja temperatura, sin que el equipo alcance una superior a los 45 o 60 °C. Esta se encuentra bastante por debajo de la temperatura máxima de superficie de cualquier radiador convencional, la cual se encuentra en 85 ºC.
Su gran ventaja es que son muy seguros y pueden ayudarnos a reducir de manera considerable los costes de nuestras facturas al operar a una temperatura que es mucho menor.
Cómo saber qué radiador eléctrico elegir para mi vivienda
Ahora que ya conoces las distintas opciones que se encuentran disponibles en el mercado, te resultará más sencillo elegir la más adecuada para tu vivienda.
Piensa que, los que te van a permitir lograr un mayor ahorro energético, son los de bajo consumo o los acumuladores eléctricos. No obstante, estos últimos también dependen de que tengas contratada una tarifa de la luz en la los precios de la luz por la noche sean más económicos que durante el resto del día. Por eso es importante que analices tu situación y la de tu vivienda antes de decantarte por un producto de un tipo o por otro.
En cualquier caso, estos radiadores eléctricos te ayudarán en la medida en la que te van a permitir tener que hacer menos uso de la calefacción, lo que supondrá un ahorro más que considerable en la factura del gas.