El gasto de energía de una vivienda varía dependiendo de los electrodomésticos que tengamos y, por supuesto, de nuestras pautas a la hora de utilizar los mismos. Pero, en cualquier caso, debemos ser conscientes de que algunas estancias tienen mayor gasto energético que otras.
Este es el caso de la cocina, uno de los lugares de nuestra casa que más energía consume. Por eso hoy queremos darte una serie de pautas para conseguir ahorrar más energía al hacer uso de la misma, continúa leyendo para conocerlas.
La cocina, la habitación de nuestra casa que más energía consume
Cocinar es una tarea habitual en nuestro día a día, pero también puede suponer un incremento de nuestra factura energética mensual. Y es que, si bien es cierto que el gasto puede variar significativamente según el tipo de electrodomésticos que tengas, se estima que representa entre el 10% y el 25% del consumo total.
En este sentido, los electrodomésticos que más consumen energía en la cocina son el horno, la vitrocerámica, el refrigerador y el lavavajillas. Y, uno de los aspectos que influye en su gasto energético, es precisamente el tipo de uso que les demos. Por eso es importante adoptar hábitos eficientes en cuanto al consumo de energía en la cocina para así ahorrar dinero en la factura de energía y hoy vamos a ver cuáles son.
Las mejores pautas para cocinar de manera eficiente y reducir el gasto de energía
Al igual que ocurre con otras habitaciones de nuestra casa, el uso que le damos a nuestra cocina va a influir de manera definitiva en el gasto energético de la misma. Por eso es fundamental adoptar ciertas pautas sostenibles, como las que vamos a ver a continuación.
Emplea ollas y sartenes adecuados para tu cocina
El uso de utensilios de cocina que sean adecuados para el tamaño del fuego que estamos utilizando es algo esencial si queremos reducir el gasto lo máximo posible. Y es que, si utilizamos una olla o sartén que sea demasiado grande para lo que estamos cocinando, necesitaremos más energía para calentarla, con el coste que esto va a suponer a nivel energético. Por eso es necesario elegir el recipiente que mejor se adapte.
Utiliza tapas a la hora de cocinar
Se trata de una pauta muy sencilla que, además de ayudar a mantener la cocina más limpia, también nos permite ahorrar más energía. Esto se produce porque, al cocinar con tapas, retenemos en mayor medida el calor, evitando que la energía se escape, lo que puede reducir el tiempo y la cantidad de energía necesarios para cocinar tus alimentos.
Elige la temperatura adecuada
Al igual que ocurre con nuestra calefacción o con el aparato de aire acondicionado, es fundamental que adecuemos la temperatura a nuestras necesidades. Por ejemplo, si estás cocinando con fogones o tienes que encender el horno, ajusta la temperatura preparación que estás haciendo. De lo contrario, estarás desperdiciando energía.
Aprovecha el calor residual
Tanto el horno como la vitrocerámica se mantienen calientes durante un buen rato después de utilizarlos, por lo que lo ideal es aprovechar este calor residual para terminar de cocinar los alimentos o mantenerlos calientes. De esta manera también reduciremos el gasto energético de nuestra vivienda y conseguiremos una preparación de los alimentos perfecta.
Emplea el microondas cuando puedas
Si bien no puede sustituir todas las funciones de cocinado de otros electrodomésticos de tu cocina, lo cierto es que usar el microondas es una forma eficiente de cocinar pequeñas porciones de alimentos. Además, su consumo es menor que el de un horno convencional.
Recuerda descongelar los alimentos
Muchas veces congelamos nuestros alimentos para así mantenerlos durante más tiempo, pero a la hora de cocinarlos es necesario descongelarlos previamente. Si hacemos este proceso de manera natural, gastaremos menos energía y además conseguiremos una mayor calidad de los mismos. Por lo que es recomendable sacarlos del congelador con tiempo y mantenerlos en la nevera hasta que estén bien descongelados.
Mantén limpios tus electrodomésticos
Finalmente, también es importante señalar el hecho de que debemos mantener nuestros electrodomésticos limpios, libres de suciedad y grasa para que funcionen de manera más eficiente y consuman menos energía. De lo contrario, la suciedad podría hacer que el aire no circule correctamente, teniendo que hacer un mayor gasto para conseguir el mismo resultado.