La guerra en Ucrania tiene a toda Europa preocupada no solo por la amenaza que representa para la paz de la región, sino por el corte de suministros que está viviendo todo el continente. Prueba de ello es la tendencia alcista que está registrando el aceite de girasol, el cual ha pasado a tener un precio parecido al del aceite de oliva.
Los puertos con el mar Negro están cerrados y esto solo esta generando el desabastecimiento y el alza de los precios. Asimismo los expertos ya ven posible que el aceite de girasol valga más que el famoso “oro líquido” de la dieta mediterránea.
Espiral alcista frente al aceite de oliva
En las estanterías donde se dejaba el óleo del girasol ya no hay nada y en caso que si haya, se observa un aumento del valor de hasta un 50%. Prueba de ello son los supermercados de A Estrada, donde la garrafa de 5 litros pasó de 3,5 a 7 y hasta 12 euros en solo cuestión de días.
Ourense vive un fenómeno parecido con sus estantes vacíos mientras que en Ferrol se consiguen unos pocos ejemplares con precios de susto. Respecto a ello la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ve con preocupación cómo el pánico se está apoderando de los compradores, quienes adquieren de forma compulsiva el producto que se produjo a partir de la cosecha del verano pasado.
Es muy probable que el afán de tener en stock las suficientes unidades termine por dejar el país sin aceite de girasol y con un precio por las nubes. De hecho en Ucrania y Rusia se produce casi toda la carga que cubre la demanda global, por lo que no es de extrañar que el fenómeno del desabastecimiento llegue a otros países.
Ante esta situación las empresas ya están buscando opciones y algunas han puesto sobre la mesa la idea de aplicar un ERTE en los trabajadores, sin embargo es una idea que esperan no tener que llevar a cabo.
Consecuencias
El aceite de girasol está mayormente destinado a la pastelería y churrería. Los que integran este sector ya advirtieron que tendrían que subir sus precios si la situación continúa y que existe el riesgo de no fabricar sus productos.
Quienes se dedican a la producción de aperitivos fritos ven complicada la situación y por ahora están buscando alternativas más seguras como el aceite de orujo de oliva. El gremio tiene claro que lo que definirá cualquier decisión que tomen será la calidad y seguridad.
