Si hay un embutido típicamente español, y por el cual se conoce mundialmente a este país, ese es el jamón serrano o ibérico. Viene del cerdo y normalmente se sirve como aperitivo o con aceite de oliva entre dos pedazos de pan, como bocadillo. Al ser un embutido, muchos pensarán, y con razón, que no es un alimento del que se deba abusar. No obstante, esto no es del todo cierto. El jamón serrano aporta bastantes beneficios a la salud aunque parezca increíble, y en este artículo los descubrirás.
Origen del jamón serrano
El cerdo y el jamón que se obtiene del mismo forman parte del patrimonio histórico, cultural y gastronómico español desde hace siglos. Se tienen registros de la producción de este delicioso y suave embutido desde los tiempos de los romanos. Conforme pasó el tiempo, la producción fue mudándose de una región a otra de la Península Ibérica, hasta asentarse en el norte, pues allí es donde aplicaban los métodos más adecuados para la curación de este producto porcino, que hoy en día es visto como un manjar no solo por los españoles, sino por la mayoría de los turistas extranjeros que tienen la oportunidad de probarlo.
El jamón serrano realmente proviene de dos denominaciones de origen diferentes: el jamón de Teruel, ya que esta provincia aragonesa fue la que obtuvo por primera vez en España el sello distintivo para la elaboración de este embutido; y el de Trévelez, localidad situada en Granada, que cuenta con un terreno seco y alto ideal para que los jamones se curen al natural y cumplan con los máximos estándares de calidad. Los jamones producidos en estas dos localidades eran tan exquisitos que hicieron que el resto de España se apropiara del nombre “jamón serrano”. Sin embargo, también se le puede denominar jamón ibérico, ya que nació y se asentó en el territorio de la Península Ibérica.
Beneficios de consumir jamón serrano
En este apartado, analizaremos con detalle los beneficios que puede aportar el jamón serrano a nuestra salud. Los más destacables son los siguientes:
- Es una fuente de proteínas que se asimilan fácilmente: estas proteínas, además, tienen un alto valor biológico, ya que contienen una gran cantidad de aminoácidos esenciales. El jamón ibérico contiene cerca de 30 gramos de proteínas por cada 100 gramos de carne.
- Puede ayudar a prevenir la osteoporosis: esta condición provoca una disminución de la masa ósea en los distintos huesos del cuerpo, lo que facilita el desarrollo de fracturas que pueden ser muy peligrosas. Como el jamón serrano tiene un alto contenido en hierro, puede ser tu aliado perfecto contra este mal. También se recomienda consumir jamón serrano a las personas que estén seriamente faltas de hierro.
- Es fuente de vitaminas del complejo B y vitamina D: contiene las vitaminas B1, B2, B3 y B6, y en grandes cantidades.
- Ayuda a superar el estrés y la depresión: el jamón ibérico es un alimento ideal para personas con un estado de ánimo bajo por su alto contenido en vitamina B1. Es una vitamina que ayuda a superar estos males psicológicos.
- Bajos niveles de hidratos de carbono: son prácticamente inexistentes en el jamón serrano, pues son menos de 0,5 gramos por cada 100.
- Bajo nivel calórico: aunque no lo creas, el jamón serrano no tiene muchas calorías. Esto lo convierte en un producto ideal para dietas de pérdida de peso o adelgazamiento. Sí, lo has leído bien: el consumo de jamón se recomienda también a las personas con intención de adelgazar.
- Ayuda a mejorar los niveles de colesterol: es una rica fuente de ácidos grasos, los cuales contribuyen a mejorar el nivel de colesterol malo y colesterol bueno. Por estos componentes, también te ayuda a proteger y cuidar el corazón.