Los amantes de los arroces y algunas de las mejores recetas mediterráneas seguramente estén hartos del precio que tiene el azafrán. Y es que esta delicada especia es llamada comúnmente como el oro rojo debido a que el precio es elevadísimo. Por esto, quizás te interese saber cómo cuidar el azafrán si has decidido cultivarlo en casa.
Es posible que se trate de una planta delicada, pero si cumples con las condiciones y necesidades que tiene, y además eres un aficionado a esta especia para los platos en casa, puedes llegar a ahorrar mucho dinero. En el mundo de la jardinería, y en todos los demás también, el saber es poder y solo sabiendo cómo cuidarlas lo conseguirás.
¿Qué debes saber para cultivar el azafrán? ¿Cómo debe ser tu jardín o espacio exterior? No te preocupes, porque aquí vamos a contarte todos los detalles para que sepas exactamente cómo cuidar el azafrán.
Las necesidades y condiciones para cuidar el azafrán
Algo importante a la hora de cuidar el azafrán es saber cómo se cultiva. Y es que esta especie de planta no se cultiva mediante semillas sino con bulbos. Así pues, lo primero que hay que hacer es buscar en una tienda especializada estos bulbos sin los que es absolutamente imposible que el azafrán florezca y nos de los codiciados hilitos rojos.
Cuando los hayas conseguido, tendrás que plantarlos en una maceta y el momento del año más recomendable es a finales de marzo, cuando las temperaturas empiezan a subir pero todavía no es pleno verano.
Entonces en dicha maceta tienes que enterrar los bulbos y dejar una distancia de al menos 10 centímetros entre ellos para que puedan crecer con plena libertad. Debes regarla de manera constante, aunque no abundante, porque al azafrán le gusta la humedad pero no soporta los encharcamientos. Poco a poco irás viendo cómo sale el tallo y después la flor, que es de un precioso color morado.
¿Y qué sucede a partir de ese momento? Que tienes que esperar a que la flor crezca en toda su plenitud para poder sacarle los hilos rojos que son el azafrán. Mientras esta vaya creciendo debes regarla un día si y otro no, sobre todo durante los meses de verano cuando haga más calor.
El azafrán, por otra parte, necesita luz para crecer con normalidad. Pero como a la mayoría de las plantas, no le gustan los rayos de sol directos, sobre todo cuando la flor ya está creciendo porque se pueden estropear los pétalos. Estos son los encargados de proteger la parte central del azafrán, que se llama el pístilo de la flor y es el que finalmente será tu ingrediente especial… ¡Debes cuidar mucho esos pétalos para que se mantengan fuertes y protectores!
Si las flores todavía están creciendo en el momento de que el verano termine, deberás de proteger toda la planta con un plástico porque no soporta el frío. También puedes meterla en el interior, pero si en casa tienes mucho calor por la calefacción, por ejemplo, entonces tampoco es conveniente.
Una vez estén las flores listas y puedas arrancarles las hebras que son el propio azafrán, puedes guardar estas en una bolsita de plástico, siempre a temperatura ambiente.