Comer alimentos saludables se ha convertido en la nueva forma de vida para estar siempre sanos. Pero, ¿qué pasa cuando se vuelve una obsesión? Cada día más personas se suman al auge del fitness ya que se trata de un método de comidas sin fines malévolos. No obstante, hay una enfermedad en crecimiento que desarrollan las personas que comen solo cosas sanas.
Se trata de la ortorexia, una conducta que lleva a una persona a obsesionarse por mejorar su salud por medio de la alimentación. Es la enfermedad que te obliga a ingerir solo comida saludable a través de un trastorno de la conducta alimentaria (TCA). Es decir, un individuo come saludablemente pero a niveles extremos, a tal punto de llegar a la desnutrición.
Qué riesgos representa para la salud la ortorexia
La ortorexia es un trastorno con similitudes a la bulimia y anorexia, e igual de peligrosa. Comer saludable implica eliminar de la dieta aquellas sustancias como grasa saturada, azúcar, sal y algunos conservantes. La preocupación recae cuando este tipo de alimentos causa problemas de salud por la falta de nutrientes esenciales para el cuerpo.
En algunas personas, tener una vida saludable excesiva la lleva a desarrollar una dieta muy restrictiva, convirtiéndose en un trastorno obsesivo compulsivo. Si bien la actitud actual de tener un cuerpo sano inició por el incremento de algunas enfermedades cardíacas y la obesidad, todo comportamiento llevado más allá de los límites, representa un peligro. En este caso, hablamos de la vida.
Entre los riesgos de la ortorexia se encuentra el perder peso muy rápido y de manera pronunciada, así como fatiga y falta de energía. El estrés también está presente, pues un ortoréxico pasa más de tres horas al día planificando la dieta del día, pensando en comidas rígidas, con necesidad de controlar cada porción y composición. Si no cumple con sus exigencias siente un alto porcentaje de culpabilidad.
La sociabilidad de una persona con ortorexia también se ve afectada. Su comportamiento marcado con patrones de conductas afecta su capacidad de tener una convivencia social. Dicha actitud provoca un alejamiento de la sociedad, promovido por su rigidez alimentaria. Eso implica no compartir comidas sociales ya que están completamente prohibidas en su dieta.
Los individuos afectados por la ortorexia desarrollan comportamientos diferentes a los que solían tener. Se vuelven controladores, estrictos, autoexigentes y muy vulnerables. En la mayoría de los casos, se trata de personas con un nivel socioeconómico alto.
Si buscamos una diferencia entre la anorexia, bulimia y la ortorexia, es que la última no tiene nada que ver con la cantidad de comida sino con su calidad. En ese sentido, la dieta que siguen estas personas está compuesta de productos o alimentos costosos que se consiguen en centros específicos.
Comer saludable sin afectar tu organismo y vida
Comer saludable es lo más recomendable, el error está en hacerlo de manera obsesiva, pues esto conlleva al déficit de nutrientes proteicos y vitamínicos. Además de afectar la salud mental en los ortoréxicos, presentando cuadros de ansiedad, baja autoestima, estrés y el aislamiento social.
Una manera de prevenir la ortorexia es la educación alimenticia. Como adulto puedes hacer tu propia investigación sobre los pros y contras de una dieta saludable. En cuanto a los niños, es importante enseñarles que comer de manera sana no implica seguir los modelos de belleza ya que no representan con exactitud un cuerpo sano y este tipo de estereotipo no hace que alcance el deseo de una buena figura.
Cabe mencionar que la población de mayor riesgo son los adolescentes, especialmente mujeres. En ese sentido, tener conocimiento de las consecuencias de tener una dieta en exceso saludable evitará que más personas padezcan ortorexia. De suceder, se debe atender al paciente lo antes posible con especialistas en salud física y mental.
La educación alimenticia forma parte de la solución del problema. Una concienciación sobre los riesgos nutricionales y sociales que corre una persona al adoptar hábitos tan estrictos como la ingesta exclusiva de productos saludables. También la atención psicológica ofrece la capacidad de flexibilizar sobre una correcta alimentación balanceada.
No está mal querer cuidarse a fin de sentirse bien y verse bien. Pero siempre que se plantee un estilo de vida conforme a los nutrientes que de verdad requiere el organismo. Una dieta estricta, baja en vitaminas y minerales, que a juicio propio son perjudiciales, puede generar un mal mayor al cuerpo y poner en riesgo la vida.