Los precios del oro no dan tregua: la onza ha superado los 4.000 USD, lo que en euros le sitúa por encima de los 3.700-3.800 €, según el tipo de cambio del momento. La escalada es vertiginosa y viene acompañada de nerviosismo entre inversores de todos los tamaños.
Este nuevo récord llega en un contexto de crisis global, inflación, caída del dólar y expectativas de bajadas de tipos. Lo que ayer parecía lejano, hoy es la nueva referencia del mercado.
Precios del oro, récord tras récord en lo que va de año
El oro al contado se cotiza por encima de los 4.039 USD por onza troy, mientras que los futuros para entrega en diciembre han llegado a los 4.060 USD. En euros, esas cifras podrían traducirse en unos 3.720-3.850 € por onza, dependiendo del cambio específico utilizado. En lo que va del año, el metal precioso acumula un alza cercana al 50-55 %, lo que lo convierte en uno de los activos más rentables del ejercicio hasta ahora.
La debilidad del dólar es uno de los motores principales. Cuando la moneda estadounidense pierde fuerza, el oro suele brillar más. Además, muchos inversores apuestan por bajadas de tipos de interés en la Reserva Federal de EE. UU., lo que alimenta la demanda del metal como refugio.
Los bancos centrales, especialmente en Asia, continúan comprando oro para diversificar reservas. Y la incertidumbre política —conflictos en Medio Oriente, tensiones geopolíticas— refuerza su condición de activo seguro.
Impacto para particulares y mercados
Para quien tiene joyas o pequeñas cantidades de oro, este es un momento atractivo: se paga más por gramo o pieza antigua. Las casas de empeño y compraventas ya ajustan sus ofertas al alza. Las industrias tecnológicas que utilizan oro en componentes podrían sentir presión en sus costes. Y los fondos de inversión más riesgosos están siendo reequilibrados hacia metales preciosos ante el temor de correcciones.
¿Hasta dónde más puede subir el precio de oro?
Algunos analistas apuntan que el precio podría llegar hasta los 4.500-5.000 USD si se mantienen las condiciones adversas globales. Pero otros advierten que cualquier dato macro favorable, un giro en política monetaria o una recuperación del dólar puede producir correcciones abruptas.
Por ahora, el oro manda y marca el ritmo en los mercados. Su nuevo récord no es casualidad: es consecuencia de un mundo que busca refugios ante la tormenta económica.
