El Servicio Público de Empleo Estatal, el conocido SEPE que tantos usuarios buscan cada día para aclarar trámites y ayudas, mantiene activa una de sus prestaciones más importantes para quienes no logran reincorporarse al mercado laboral: la Renta Activa de Inserción, o RAI. Con el apoyo del Instituto Nacional de la Seguridad Social, el programa vuelve a colocarse entre las opciones más consultadas por las personas sin ingresos.
La idea del SEPE con esta ayuda es sencilla: ofrecer un apoyo mensual a quienes están en situación de vulnerabilidad económica y necesitan un empujón real para seguir buscando empleo. No es el paro ni un subsidio común, sino una vía específica que intenta cubrir un hueco al que muchas familias no pueden acceder por falta de cotizaciones.
SEPE: qué ofrece exactamente con la RAI
La Renta Activa de Inserción se mantiene en 480€ al mes, siempre con un máximo de 11 meses consecutivos. El organismo insiste en que su objetivo es facilitar la reincorporación laboral mediante acciones formativas, seguimiento y actualización constante de la demanda de empleo. No basta con pedir la ayuda: hay que mantener una actividad mínima que el propio SEPE puede exigir en cualquier momento.
En realidad, la RAI se dirige a colectivos que suelen tener más dificultades para encontrar trabajo. Esto incluye parados de larga duración, personas mayores de 45 años, víctimas de violencia de género o doméstica, y perfiles que, por no haber cotizado, no tienen acceso al paro habitual. Aquí entran casos muy comentados como amas de casa que quieren volver al mercado laboral y que cumplen con los requisitos económicos exigidos.
Para evitar confusiones, el SEPE recuerda que no todos pueden optar a esta renta. La entidad revisa cada solicitud para verificar si la persona cumple los criterios y si no ha agotado previamente los ciclos permitidos.
Requisitos que exige el SEPE para aprobar la ayuda
El primer paso es estar inscrito como demandante de empleo y mantenerse así hasta que termine la prestación. El organismo también exige tener menos de 65 años y no superar el límite de ingresos, que se sitúa por debajo del 75% del Salario Mínimo Interprofesional. Además, no puede haberse consumido antes los tres programas completos de la RAI, ya que el sistema solo permite ese número máximo.
En los supuestos de violencia de género o doméstica, la persona debe acreditar la situación y demostrar que no convive con quien ha ejercido la violencia. En el caso de quienes tienen una discapacidad reconocida o llevan un largo periodo sin trabajo, se requiere la documentación específica que lo confirme. Aunque no siempre se menciona, el SEPE puede pedir información adicional si existe alguna duda sobre los requisitos.
Solicitud y plazos: cómo se tramita ante el SEPE
El trámite puede realizarse de manera presencial en oficinas de prestaciones, dejando la solicitud en un registro oficial o a través de la Sede Electrónica del organismo. La opción online es la más rápida, aunque requiere identificación digital.
Cuando la ayuda se concede, el pago se realiza entre los días 10 y 15 de cada mes. Ese calendario se mantiene bastante estable, salvo en los primeros cobros, que pueden acumular unos días de retraso según cuándo se firme la resolución. A partir de ahí, el ingreso mensual sigue un ritmo previsible.
Uno de los puntos más importantes es que la demanda de empleo debe mantenerse activa sin interrupciones. No acudir a una cita obligatoria, rechazar un curso o una oferta de trabajo adecuada puede suponer la suspensión de la ayuda. También es clave controlar los ingresos mensuales, ya que superar el límite establecido provoca el fin inmediato de la prestación.
El SEPE, además, recalca que una vez consumidos los once meses no puede volver a solicitarse sin cumplir los tiempos de espera obligatorios y el resto de condiciones. Cada ciclo debe completarse según las normas que marca la entidad.



