El SEPE ha vuelto a dejarlo claro y esta vez no hay margen para despistes. Los parados mayores de 52 años que no presenten la declaración anual de rentas pueden ver suspendido su subsidio de forma automática. No es una advertencia genérica: es una consecuencia directa que ya se está aplicando.
En la práctica, basta con que pase el plazo sin presentar ese documento para que el subsidio del SEPE para mayores de 52 años quede en el aire. Y no solo eso. Si el organismo detecta ingresos no declarados o errores, la situación puede acabar con devolución de cantidades e incluso sanción.
SEPE y subsidio para mayores de 52 años: la obligación que no se puede saltar
El Servicio Público de Empleo Estatal recuerda que este subsidio no se cobra “por defecto”. Cada beneficiario está obligado a acreditar cada año que sigue cumpliendo el requisito de rentas, y eso se hace con una declaración formal presentada ante el SEPE. La norma afecta a todas las personas de 52 años o más que hayan agotado el paro contributivo y sigan inscritas como demandantes de empleo.
Da igual que no haya cambios aparentes en la situación personal: la declaración es obligatoria todos los años. El control no es nuevo, pero sí se está aplicando con más rigor. Y cuando no se cumple, la reacción del SEPE es inmediata.
Cuándo hay que presentar la declaración anual de rentas
El plazo no es abierto ni flexible. Cada vez que se cumplen 12 meses desde el inicio del subsidio, o desde la última reanudación, se activa el contador. A partir de ahí, hay solo 15 días hábiles para presentar la declaración.
Si ese plazo se pasa, aunque sea por pocos días, el subsidio se suspende. No hay avisos automáticos ni prórrogas generales. El control del calendario recae totalmente en el beneficiario.
Este es uno de los errores más habituales: pensar que, si no ha cambiado nada, no hace falta presentar nada. Y no es así.
Qué revisa el SEPE cuando se presenta la declaración
La declaración anual sirve para comprobar que el beneficiario no ha superado el límite de rentas permitido. El SEPE revisa los ingresos del año completo anterior, mes a mes, y no solo la situación actual. Si detecta que en algún periodo se dejó de cumplir el requisito, aunque haya sido solo durante unos meses, el subsidio se suspende desde ese momento concreto. Después, se recalculan las cantidades.
En ese proceso, el organismo puede compensar lo cobrado de más con pagos pendientes. Y si ya no hay derecho al subsidio, se inicia la reclamación de las cantidades indebidas.
Consecuencias de no declarar o declarar mal
No presentar la declaración anual no es un simple trámite pendiente. Tiene efectos directos y rápidos. El SEPE actúa en cuanto tiene constancia del incumplimiento, sin necesidad de resolución judicial previa. Además de la suspensión del subsidio, puede abrirse un procedimiento sancionador, sobre todo si hay ocultación de ingresos o reincidencia. En esos casos, el problema deja de ser administrativo.
De forma resumida, las situaciones más comunes que provocan problemas son:
- No presentar la declaración anual dentro del plazo
- Superar el límite de rentas en algún mes y no comunicarlo
- Declarar ingresos incompletos o incorrectos
El cambio clave con la declaración de la Renta
A todo esto se suma una novedad importante. La Agencia Tributaria ya ha confirmado que la Renta 2025, que se presentará en 2026, será el primer ejercicio en el que todos los beneficiarios de prestaciones por desempleo estarán obligados a declarar el IRPF.
Este cambio no afecta a la declaración de la Renta de 2024. Durante ese ejercicio, la obligación universal todavía no estaba en vigor, ya que la modificación normativa entró en funcionamiento el 1 de noviembre de 2024.
Por tanto, los perceptores del subsidio para mayores de 52 años no tuvieron que presentar la Renta en 2024 solo por cobrar esta ayuda. Pero sí deberán hacerlo en la campaña correspondiente a 2025.
El mensaje del SEPE es claro, aunque no siempre llegue con la misma claridad al beneficiario. El subsidio para mayores de 52 años no se mantiene solo, ni se renueva automáticamente. Presentar la declaración anual de rentas en plazo es lo que marca la diferencia entre seguir cobrando o quedarse sin ingreso de un mes para otro. Y en muchos casos, cuando se reacciona, ya es tarde.
