El Alzhéimer es la enfermedad más frecuente en adultos mayores y golpea directamente las funciones intelectuales del paciente, reflejando dificultades en la memoria, cambios radicales en la personalidad, desconocimiento de familiares e incluso propio, desorientación de tiempo y espacio y deterioro del pensamiento. En segundo lugar, se ubica el Párkinson, un trastorno del sistema nervioso central en el que una de las células nerviosas del cerebro causa un descenso del nivel de dopamina, afectando el movimiento y generando temblores, rigidez y pérdida del equilibrio.
Y, aunque los investigadores y científicos expertos en el área siguen buscando sin cansancio una cura, aun no se halla un remedio exacto que alivia estas enfermedades que afectan a tantas personas a nivel mundial.
Sin embargo, existen algunos alimentos naturales que, al formar parte de una dieta saludable y equilibrada, contribuyen a la prevención y a una mejora sustancial en la calidad de vida del paciente, uno de ellos: el “oro líquido” de la gastronomía, es decir, el aceite de oliva. Conoce más acerca de este elixir culinario y tratamiento natural que sirve para casi todo.
El aceite de oliva beneficia a los pacientes con Parkinson y Alzhéimer
Científicos de la Escuela de Salud Pública Harvard T.H. Chan llevaron a cabo una investigación anunciada en el ‘Journal of the American College of Cardiology’ que inició en el año 1990 y concluyó en 2018. En este estudio que tuvo una duración de 28 años participaron más de 90.000 personas, con exactitud 60.582 mujeres y 31.801 hombres a los cuales se evaluaba cada 4 años, teniendo como conclusión que aquellos que consumían más de media cucharada (7 gramos al menos) presentaban un 19% menos riesgo de padecer dificultades del sistema cardiovascular.
Por otro lado, este estudio arrojó como resultado que quienes consumían aceite de oliva diariamente redujeron un 29% el riesgo de muerte por trastornos neurodegenerativos, tales como el párkinson y el alzhéimer. Por otra parte, se disminuyó un 18% el índice de padecimiento de enfermedades respiratorias y un 17% de sufrir por un cáncer.
Los expertos recomiendan que la ingesta idónea de aceite de oliva es de 3 a 4 cucharadas diarias, es decir, 40 mililitros o 37 gramos, bien sea para aderezar o cocinar con él. Esta medida contribuía a disminuir la cantidad de margarina, mantequilla, mayonesa y grasa láctea ingerida durante el día. Asimismo, Marta Guasch-Ferré, científica investigadora en el ámbito de nutrición y autora de esta investigación, aseguró que es la opción ideal para hornear, aliñar verduras, ensaladas e incluso para freír.
Susanna Larsson, epidemióloga de la Universidad de Uppsala en Suecia, expresó para un editorial adjunto denominado “¿Pueden pequeñas cantidades de aceite de oliva mantener la muerte alejada?’ que, tomando en consideración las pocas vías factibles para prevenir estas enfermedades crónicas y su magnitud del efecto en la vida diaria de los pacientes, de ser totalmente certero este estudio, sin duda es un hallazgo muy importante para la salud pública, pero que aun así, a pesar de que ha sido una gran oportunidad para demostrar los beneficios del aceite de oliva, falta incluso más información por investigar.
El aceite de oliva y la alimentación para prevenir enfermedades neurodegenerativas
Hoy en día existe un gran número de estudios científicos en los cuales se ha probado el efecto del aceite de oliva virgen extra en el cuerpo humano, y para buena noticia, ha sido muy positivo. Esto gracias a las sustancias que lo componen que aportan propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que, a mediano y largo plazo, resultan beneficiosos sobre las proteínas cerebrales y el funcionamiento cognitivo.
Es vital recordar que una de las principales causas del Alzhéimer es el estrés oxidativo de las proteínas cerebrales, y los polifenoles presentes en este “oro líquido” proporcionan un efectivo protector antioxidante, mientras que, el eleocanthal reduce la inflamación y funciona como un neuroprotector, conjuntamente, la grasa monoinsaturada protege del deterioro cognitivo asociado a la edad avanzada y el padecimiento de esta enfermedad.
Quedó demostrado que la dieta mediterránea en la que el aceite de oliva virgen toma un papel protagonista como fuente de grasa es más común en países como España, Grecia e Italia, y que, la incidencia de cáncer es inferior que en regiones ubicadas al norte de Europa. Sumado a eso, el envejecimiento es óptimo y la longevidad más extensa.
Es esencial apuntar a un estilo de vida más saludable y hábitos más sanos para mantener en buen estado el riego sanguíneo y las neuronas. Para ello, es pertinente incluir en la dieta habitual, además del aceite de oliva a temprana edad (preferiblemente antes de la pubertad), alimentos de origen vegetal con frutas, verduras, legumbres, especias, fibras integrales, frutos secos, chocolate con alto contenido de cacao y proteínas controladas como queso, huevo, pescado, pollo y carne.
De igual forma, es recomendable reducir el consumo de carne procesada, bebidas excesivamente azucaradas y postres. Así como también, evitar el tabaquismo y realizar actividad física frecuente.