Una ayuda del SEPE ya no se pierde automáticamente por empezar a trabajar. Desde noviembre de 2024, el sistema cambió y ahora permite cobrar un complemento mientras se tiene empleo, algo que hasta hace nada era impensable para miles de personas en subsidio.
El giro no es menor: aceptar un contrato ya no implica quedarse sin nada. El Servicio Público de Empleo Estatal ajustó las reglas y activó un mecanismo que mezcla salario y ayuda durante un tiempo limitado, con importes variables y sin trámites extra para el trabajador.
Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE): el cambio que rompe el esquema clásico
Durante años, el SEPE funcionó con una lógica rígida. Si entrabas a trabajar, aunque fuera unos días o a media jornada, el subsidio se cortaba de raíz. Da igual la duración del contrato o el salario: el sistema no daba margen.
Eso es justo lo que se ha corregido. Desde el 1 de noviembre de 2024, cuando una persona beneficiaria de un subsidio encuentra trabajo por cuenta ajena, la ayuda no desaparece sin más. Se transforma. El subsidio se suspende, sí, pero en su lugar entra en juego un complemento específico pensado para acompañar el regreso al empleo. No es automático en el sentido clásico, pero se activa sin solicitud expresa si se cumplen las condiciones.
Qué es el Complemento de Apoyo al Empleo (CAE)
El CAE es una cantidad mensual que se cobra junto al salario. Su objetivo es claro: evitar que aceptar un trabajo suponga un golpe económico inmediato, algo que pasaba con demasiada frecuencia. Este complemento tiene una duración máxima de 180 días desde el inicio del contrato. Se paga mientras dure ese periodo, independientemente de que el empleo sea a jornada completa o parcial.
La cuantía no es fija. Depende de dos factores clave: cuánto tiempo quedaba de subsidio cuando se empieza a trabajar y el tipo de jornada del nuevo empleo. Aquí el SEPE introduce una lógica de incentivos, no de castigo.
Cuánto se cobra realmente con el CAE en 2025
En 2025, el IPREM está fijado en 600€ mensuales. A partir de esa cifra se calcula el CAE, que puede ir desde un mínimo muy bajo hasta una cantidad bastante relevante. En términos reales, el complemento se mueve entre 30 y 480€ al mes. No todos cobran lo mismo, y ahí está una de las claves del sistema.
Cuanto antes se encuentre trabajo dentro del periodo de subsidio, mayor es el porcentaje reconocido. También influye si el contrato es a tiempo completo o parcial, aunque incluso con pocas horas existe derecho al complemento.
Qué pasa si el contrato termina antes de los seis meses
Este punto es importante y suele generar dudas. Si el trabajador pierde el empleo durante esos 180 días, no pierde lo ya ganado ni queda fuera del sistema.
El subsidio original se puede reactivar. Eso sí, se descuentan los días en los que se cobró el CAE, porque ya han sido consumidos. No hay penalización extra ni reinicios forzosos.
Si, por el contrario, el empleo continúa más allá de los seis meses, el complemento se extingue. A partir de ahí, solo se percibe el salario del trabajo. El sistema asume que ya no hace falta apoyo adicional.
Lo que el SEPE ya no exige como antes
Otra diferencia relevante es administrativa. Antes, cualquier error o retraso en comunicar el inicio de actividad podía acabar en sanción o devolución. Con el nuevo modelo, el cruce de datos con la Seguridad Social reduce ese riesgo. El trabajador no tiene que “elegir” entre trabajar o cobrar ayuda. El sistema detecta el alta laboral y aplica el cambio de forma automática si todo encaja.
Aun así, no es un cheque en blanco. El empleo debe ser por cuenta ajena y cumplir los límites establecidos. No todos los trabajos generan derecho al CAE, aunque la mayoría de contratos comunes sí lo hacen.
Este nuevo enfoque beneficia sobre todo a perfiles muy concretos: personas con contratos temporales, trabajos a tiempo parcial o incorporaciones rápidas tras un periodo corto en subsidio. En estos casos, la suma de salario más complemento puede marcar la diferencia entre aceptar un empleo o rechazarlo por puro miedo económico.



