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7 Consejos prácticos para ahorrar energía al usar la secadora

Paga menos en facturas con la secadora

La secadora ocupa el primer lugar entre los electrodomésticos que más consumen energía eléctrica. Es un verdadero devorador de electricidad, pese a eso, sigue siendo el más utilizado en el hogar sin consciencia de la magnitud del gasto que implica. Sucede que también es de gran ayuda para tener ropa seca al instante, pero hay mejores maneras de hacer uso de la secadora.

Usar la secadora aumenta en gran volumen el recibo de energía, así como los gastos mensuales en una casa. Buscar la manera de reducirlo es lo más idóneo para aliviar la carga económica. Así que es momento de conocer algunos consejos que mantendrán la factura a raya cuando pongas en marcha la secadora. Además, siempre estará la opción ecológica, tender la ropa al sol.

Consejos que te permitirán ahorrar electricidad con la secadora

Bien sea por poco espacio en casa o por falta de tiempo, la secadora se ha convertido en un electrodomésticos indispensable en los hogares. El inconveniente se presenta al momento de recibir la factura con un monto elevado por el excesivo consumo de energía eléctrica. No es necesario que dejes de usar la secadora, basta con ejecutar unos tips que te ayudarán a bajar el costo de los recibos sin que eso implique echarla a un lado.

Ahorrar en secadas

Otra forma de ahorrar luz con la secadora

Una manera eficiente de ahorrar energía con el uso de la secadora es decidir qué tipo de electrodomésticos comprar. En el mercado encuentras la secadora de evacuación, que es la de mayor consumo porque tiene ciclos más largos. Funciona expulsando el agua al exterior por el tubo conectado al desagüe. Luego recoge aire del exterior y lo calienta a través de una resistencia eléctrica que lo envía al tambor para que seque la ropa.

Una opción más económica y eficiente, se encuentra con la secadora de condensación. En lugar de expulsar el agua, utiliza el aire que entra por la parte trasera, lo calienta por medio de una resistencia eléctrica y lo dirige al tambor para evaporar el agua de la ropa hasta secarla. El punto negativo es que con el aire caliente más el frío, el vapor se convierte en agua que cae en un depósito y al finalizar cada secada debes vaciarlo.

Aunque es más costosa, la secadora con bomba de calor es la más eficiente. Reutiliza el aire ya que cuenta con un ventilador que hace que recircule. Esto resulta un ahorro de energía significativo, pues los ciclos de secado son más cortos y requiere de menor electricidad.

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