Estás pagando el precio del gas más caro de lo que podrías: así puedes bajarlo en 2025

La OCU recomienda revisar la tarifa y optar por la TUR para pagar menos gas este invierno

Ahorrar en los precios del gas

Ahorrar en los precios del gas

Los precios del gas en España vuelven a subir y amenazan con un invierno más caro para los hogares. Las facturas domésticas ya muestran un incremento del 13,2% entre julio y octubre, según los últimos ajustes oficiales.

La dependencia exterior, el coste del transporte y los impuestos han convertido el gas en uno de los servicios más impredecibles del mercado energético. Pero hay margen de maniobra: elegir bien la tarifa puede suponer una diferencia importante cada mes.

Precios del gas: qué está pasando en España

El aumento no es casual. España importa la mayor parte del gas que consume, y eso la expone directamente a la volatilidad de los precios internacionales del petróleo y del gas natural. A ello se suman los peajes, los impuestos y las revisiones regulatorias, que marcan el coste final en la factura.

La subida reciente se concentra en la Tarifa de Último Recurso (TUR), el precio regulado por el Gobierno. En octubre, la OCU confirmó que el coste del kWh aumentó entre un 6,9% y un 9,2%, según el grupo tarifario, y que el término fijo también creció hasta un 43% en los hogares con calefacción respecto al año pasado.

El resultado es claro: calentar la casa este invierno saldrá más caro, incluso para quienes están en la tarifa regulada.

Qué dice la OCU sobre los precios del gas

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) recomienda revisar la tarifa actual y comparar ofertas, pero insiste en que la TUR sigue siendo la mejor opción para la mayoría de familias. La Tarifa de Último Recurso está regulada por el Gobierno y se actualiza cada tres meses según el coste real del gas. Pueden acceder a ella los hogares con consumo inferior a 50.000 kWh anuales, es decir, prácticamente todos los consumidores domésticos.

Su ventaja principal es la transparencia del precio: no hay suplementos ocultos ni servicios añadidos obligatorios. Además, garantiza un suministro supervisado y legalmente equilibrado, aunque esté sujeta a subidas periódicas.

Mercado libre o tarifa regulada: dónde se paga menos

El mercado libre del gas permite que las compañías establezcan sus propios precios del kWh y del término fijo, sin control estatal. Algunas ofertas parecen atractivas, pero suelen incluir costes adicionales por mantenimiento, seguros o penalizaciones ocultas. La OCU advierte de que muchos consumidores acaban pagando más de lo esperado. Aun así, hay excepciones: en viviendas grandes, como chalets con calefacción central, una oferta personalizada del mercado libre puede resultar rentable si se negocia bien el contrato.

Para la mayoría de los hogares, sin embargo, mantenerse en la TUR es más seguro y económico, al menos durante los meses de mayor consumo (otoño e invierno). En primavera o verano, cuando el gasto baja, puede ser buen momento para analizar un cambio.

Cómo comparar precios del gas de forma fiable

El consejo más práctico es usar el simulador de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), donde se pueden comparar precios reales y condiciones actualizadas. La OCU recuerda que las ofertas que prometen “descuentos” sin detallar el precio final no son confiables. Es preferible fijarse en el coste total anual, incluyendo el término fijo, y revisar si hay cláusulas de permanencia.

Y un dato importante: volver a la TUR es gratis. Si un usuario cambia al mercado libre y luego se arrepiente, puede solicitar el regreso a la tarifa regulada en cualquier momento sin penalización.

Por qué seguirán altos los precios del gas

Los precios del gas natural no bajarán a corto plazo. El invierno eleva la demanda en toda Europa, y los contratos de importación se ajustan al alza según los costes internacionales. Además, los peajes de transporte y los impuestos nacionales se actualizan en paralelo, afectando tanto a la TUR como al mercado libre.
En otras palabras: no existe tarifa completamente estable. La clave está en minimizar el impacto eligiendo bien el tipo de contrato y revisándolo cada trimestre.