Conseguir una cita en el SEPE se ha convertido, para muchos, en una carrera absurda contra el reloj. No es solo una cuestión de paciencia o mala suerte con la web. En varias provincias, el sistema está claramente tensionado y eso ha abierto la puerta a un problema que ya es conocido: el fraude en la reventa de citas previas del SEPE.
Mientras el Servicio Público de Empleo y el Ministerio de Trabajo intentan frenar estas prácticas, sigue existiendo un mercado paralelo en el que se pagan entre 30 y 100 euros por algo que debería ser gratuito. Y lo peor es que funciona. El caso no es nuevo, pero en los últimos meses ha vuelto a intensificarse.
SEPE y el fraude en las citas previas
El fraude relacionado con las citas del SEPE afecta directamente a personas que necesitan tramitar el paro, un subsidio o cualquier gestión urgente. El problema aparece cuando las citas no están disponibles por la vía oficial y el plazo legal corre en contra del ciudadano.
Eso es lo que le ocurrió a Sofía, despedida a principios de noviembre en Lleida. Durante más de una semana intentó conseguir cita para solicitar la prestación por desempleo sin éxito, ni en su ciudad ni en el resto de la provincia. Con el límite de quince días a punto de cumplirse, tuvo que buscar alternativas.
A través de un contacto, dio con un anuncio online que ofrecía cita casi inmediata. En cuestión de minutos tenía turno asignado para dos días después. El precio habitual eran 35 euros, pero en su caso acabó pagando 45 por la urgencia. Otras personas han llegado a pagar casi 100 euros por una sola cita.
Cómo funciona la reventa de citas del SEPE
La compraventa de citas del SEPE se mueve principalmente por plataformas de anuncios y contactos directos. Hay perfiles que actúan como supuestos particulares y otros que se presentan como gestores, aunque rara vez aportan datos fiscales o emiten factura. El método suele repetirse. Estas personas o negocios utilizan herramientas automáticas para captar citas en cuanto se liberan en el sistema. Acumulan turnos a lo largo del día y los mantienen en cartera hasta que aparece un cliente dispuesto a pagar.
Cuando alguien acepta el precio, se cancela una de las citas ya obtenidas y se vuelve a reservar al momento a nombre del nuevo solicitante. Todo ocurre muy rápido y deja fuera a quienes intentan acceder por la web de manera normal.
En algunos locutorios y oficinas informales se manejan decenas de datos personales, incluidos DNI y correos electrónicos, lo que añade un riesgo evidente más allá del simple pago por la cita.
Precios, plazos y promesas más repetidas
Aunque no todos los anuncios dicen lo mismo, hay patrones claros que se repiten una y otra vez en este negocio vinculado al SEPE. La normalización del sistema es tan grande que muchos vendedores ni siquiera se esconden.
En general, las condiciones que se ofrecen suelen ser muy similares en toda España:
- Precios que oscilan entre 30 y 100 euros por cita
- Promesa de cita en minutos o en un máximo de tres días
- Solicitud de datos personales completos para cerrar la reserva
Algunos vendedores aseguran obtener las citas “directamente desde la web”, alegando trucos o accesos rápidos. Desde sindicatos y oficinas públicas se apunta al uso de bots como principal causa del acaparamiento de turnos. La Administración lleva años siendo consciente de este problema. Ya en 2020 se presentó una denuncia relacionada con la venta de citas del SEPE en Barcelona, aunque el caso se archivó por falta de pruebas.
En noviembre de este año, el Ministerio de Trabajo ha vuelto a actuar con una nueva denuncia ante la Policía en Catalunya. El objetivo es frenar una práctica que sigue activa en varias provincias y que genera un colapso añadido al sistema de atención.
Desde Trabajo aseguran que se ha alertado a las direcciones provinciales del SEPE y que se están tomando medidas para limitar estas operaciones y, si procede, emprender acciones legales.
Medidas antifraude que ya están en marcha
El SEPE ha ido introduciendo barreras técnicas para dificultar la captación masiva de citas. No solucionan el problema de raíz, pero buscan poner obstáculos a quienes monitorizan el sistema de forma automática. Entre las medidas aplicadas destacan el límite de citas activas por persona y la liberación aleatoria de los turnos cancelados. La idea es evitar que se detecten cancelaciones en tiempo real y se reaprovechen al instante.
Aun así, muchos usuarios siguen encontrándose sin citas disponibles durante días. En esos casos, la presión por no perder prestaciones lleva a algunos a pagar, perpetuando un circuito que el propio SEPE intenta cortar.
Por ahora, el fraude de las citas sigue siendo una realidad incómoda para miles de personas que solo intentan acceder a un servicio público básico. La solución definitiva aún no ha llegado.
