La jubilación en España vuelve a dejar a los autónomos en desventaja. Mientras las pensiones del Régimen General siguen creciendo, quienes trabajan por su cuenta continúan atrapados en cifras que no dan para mucho más que cubrir lo básico. Y esto no es una sensación: los datos muestran que la diferencia entre unos y otros se ha ampliado otra vez este año.
En octubre de 2025, los asalariados ya se mueven en torno a los 1.430€ mensuales, mientras que los autónomos se quedan más de 500€ por debajo. De hecho, en casi el 60% del país la pensión media de los trabajadores por cuenta propia ni siquiera alcanza los 900€. Y en ninguna provincia llega al nivel del salario mínimo.
Jubilación y pensiones de autónomos en 2025
Tras la revalorización del 2,8%, la pensión media del RETA se queda en 1.011,59€, una cifra muy alejada de los 1.668,69€ que reciben los jubilados del Régimen General. La brecha ronda ya el 40% y muestra un problema estructural que no se ha corregido con los últimos cambios.
La pensión del autónomo depende de tres pilares: los años cotizados, la base reguladora y la edad de retiro. La base reguladora se calcula con las cotizaciones de los últimos 25 años y se divide entre 350. El inconveniente aparece cuando hay meses sin cotización, porque la Seguridad Social no los rellena con bases mínimas, algo que sí ocurre con los asalariados.
Para tener derecho a una pensión contributiva basta con 15 años cotizados, aunque eso solo da acceso al 50% de la base reguladora. Para cobrar el 100% se necesitan al menos 38 años y 3 meses trabajados, y si se queda por debajo de esa cifra el porcentaje baja en proporción.
Cuánto cobra un autónomo con pensión mínima
Aunque cada caso depende de la vida laboral, sí existen mínimos garantizados. A partir de los 65 años, un autónomo con cónyuge a cargo cobra 1.127,6 euros al mes en catorce pagas. Si no tiene cónyuge, la cantidad baja a 874,4€. En menores de 65 años las cifras se mantienen similares, aunque la pensión sin cónyuge cae hasta los 818€ mensuales.
Estas cuantías sirven como red de seguridad, pero muestran que incluso con la mínima garantizada el margen económico sigue siendo muy ajustado.
Por qué la jubilación de los autónomos sigue tan baja
El principal motivo es que la mayoría ha cotizado durante años por la base mínima. Era la norma y muchos intentaban compensarlo subiendo la base al final de su carrera. Con el sistema de ingresos reales, esa maniobra dejó de funcionar: ahora las bases deben reflejar los ingresos reales durante toda la actividad, lo que obliga a una planificación más larga.
Además, las lagunas de cotización penalizan más que en el Régimen General, y eso termina arrastrando la base reguladora hacia abajo justo en el momento de calcular la jubilación.
Cómo puede un autónomo mejorar su pensión futura
Mejorar la pensión pasa por anticiparse. Subir la base con tiempo ayuda a elevar la base reguladora cuando llegue el momento de retirarse. También se puede complementar con un plan de pensiones privado, que sigue siendo deducible hasta 1.500€ al año. Los planes de empleo permiten aportar una cantidad mayor, hasta 5.750€, siempre que no se supere el 30% de los rendimientos netos.
Otra clave es evitar periodos sin cotización, porque cada hueco sin aportar recorta la pensión futura. Cuanto más continua sea la carrera laboral, menos impacto negativo tendrá el cálculo final.
Con pensiones que apenas superan los mil euros, la jubilación del autónomo obliga a replantear la estrategia financiera con años de antelación. El sistema actual pretende ser más ajustado a los ingresos reales, pero también exige cotizar más y durante más tiempo para no terminar con una pensión demasiado baja para el nivel de vida actual.



