17 años cotizados no siempre marcan la jubilación. En España, cumplir los 65 años sin derecho a pensión contributiva no significa quedarse sin ingresos. Existe una vía específica dentro del sistema de jubilación pensada para quienes no alcanzan el mínimo exigido o directamente no han cotizado lo suficiente.
La jubilación no contributiva sigue siendo, a día de hoy, la alternativa real para miles de personas que llegan a la edad legal sin una pensión ordinaria. Es una prestación distinta, con reglas propias, y con importes que ya están sobre la mesa de cara a 2026.
Pensión de jubilación no contributiva
La pensión no contributiva de jubilación está dirigida a personas de 65 años o más que no tienen derecho a la jubilación contributiva y además carecen de ingresos suficientes. No se concede por lo cotizado, sino por situación económica y residencia. Este tipo de jubilación está regulado dentro de la Ley General de la Seguridad Social, concretamente en los artículos que van del 369 al 372. A diferencia de la jubilación contributiva, aquí la edad de acceso no cambia con las reformas: siempre son los 65 años.
El sistema entiende esta pensión como una ayuda asistencial. No compensa una carrera laboral previa, sino que garantiza un ingreso mínimo cuando no existe otra cobertura económica.
Quién puede jubilarse a los 65 sin cotizar
Para acceder a esta jubilación no contributiva no es necesario haber trabajado ni un solo día. Ahora bien, sí hay condiciones claras que se revisan con detalle antes de concederla. La primera es la residencia. Es obligatorio haber vivido en España al menos 10 años desde que se cumplieron los 16, y dos de esos años deben ser consecutivos e inmediatamente anteriores a la solicitud.
La segunda clave es la carencia de rentas. No basta con no tener pensión; hay que demostrar que los ingresos están por debajo del límite marcado cada año.
Para 2025, ese tope está fijado en 7.905,80€ anuales. De cara a 2026, la previsión es que suba hasta los 8.801,80€, aunque esta cifra aún no está confirmada de forma oficial. Cuando la persona solicitante convive con familiares, ese límite aumenta. El sistema asume que una unidad de convivencia tiene más gastos y ajusta el umbral en consecuencia.
Cuánto se cobra con esta jubilación
La cuantía de la pensión no contributiva no es única para todos. Depende de los ingresos personales y de la situación económica del hogar. En 2025, la cuantía íntegra es de 7.905,80 euros al año. Esto equivale a 564,70€ al mes en 14 pagas, incluyendo las dos extraordinarias. Existe también una cuantía mínima. Cuando los ingresos del beneficiario se acercan al límite permitido, la pensión puede reducirse hasta el 25% del importe íntegro, quedando en 141,18 euros mensuales.
Si se confirman las previsiones para 2026, la pensión completa subiría a 8.801,80€ anuales. Traducido a mensualidades, serían 628,70€ al mes, unos 64€ más que ahora. La cuantía mínima también aumentaría, situándose en torno a los 157,17€ mensuales.
Diferencia con la jubilación contributiva
La jubilación contributiva funciona con otra lógica. Ahí sí cuentan los años cotizados y la edad legal varía en función de esos años, tal y como establece la Ley 27/2011. En cambio, la jubilación no contributiva no se ve afectada por el calendario progresivo de retraso de la edad legal. Da igual la reforma: el acceso sigue siendo a los 65 años.
Este punto genera muchas dudas, sobre todo en personas que tienen algunos años cotizados, pero no los suficientes para generar derecho a pensión contributiva.



