La pensión de jubilación puede quedarse fuera incluso con 40 años cotizados: el requisito que muchos pasan por alto

La Seguridad Social recuerda el requisito que está dejando sin pensión a trabajadores con décadas cotizadas

Dos años clave el requisito que puede dejarte sin pensión pese a toda una vida cotizada

Dos años clave el requisito que puede dejarte sin pensión pese a toda una vida cotizada

Muchos trabajadores llegan al final de su carrera convencidos de que una vida laboral larga garantiza automáticamente la pensión de jubilación. Sin embargo, la Seguridad Social vuelve a recordar un punto muy concreto que está dejando fuera a más personas de las que parece. No es un problema de papeleo: si falta un requisito clave, la pensión contributiva se deniega incluso con décadas de cotización acumulada.

El aviso es claro porque el escenario se repite con frecuencia. Aunque se superen ampliamente los 35 o 40 años cotizados, la normativa exige que dentro de los últimos quince antes de la jubilación aparezcan, al menos, dos años de cotización efectiva. Si ese periodo no está, la solicitud se rechaza de forma inmediata.

Seguridad Social y pensión de jubilación: los requisitos que siempre deben cumplirse

Para acceder a la pensión de jubilación contributiva deben coexistir tres condiciones. La primera, muy conocida, es la carencia genérica: llegar al mínimo de 15 años cotizados. La segunda depende de la situación desde la que se solicita la pensión, lo que se conoce como hecho causante, y determina si la persona está en alta, asimilada al alta o ya fuera del sistema cuando presenta la solicitud.

El tercer requisito es el que más rechazos provoca: la carencia específica. La ley obliga a que al menos dos años de cotización estén incluidos en los últimos quince anteriores a la jubilación. Si no aparecen en ese intervalo, el sistema entiende que se ha roto el vínculo con la Seguridad Social y la pensión de jubilación no se concede. Es un matiz, pero suficiente para bloquear una carrera profesional muy extensa.

Este mecanismo explica por qué tantos expedientes se caen en el último paso, justo cuando parecía que todo estaba en orden.

Qué ocurre cuando falta la carencia específica para la jubilación

Cuando una persona llega a la edad legal y descubre que no cumple los dos años recientes de cotización, las alternativas se reducen a dos vías muy concretas. La primera es volver a cotizar. Puede hacerse mediante un empleo que genere nuevas cotizaciones o a través de un convenio especial con la Seguridad Social, que permite aportar cuotas de manera voluntaria. Para que este convenio sea válido, hace falta acumular 1.080 días de cotización dentro de los últimos doce años.

La segunda opción es renunciar a la pensión contributiva y solicitar la jubilación no contributiva, un tipo de prestación asistencial destinada a quienes no reúnen los requisitos y tienen ingresos limitados. Su cuantía es inferior y depende siempre de los topes económicos fijados anualmente.

Ambos caminos evidencian la importancia de planificar la recta final de la vida laboral y no dejar largos periodos sin cotizar cuando se está cerca de la edad de jubilación.

Un caso habitual: cuando una carrera extensa no garantiza el resultado de tu jubilación

Es frecuente que personas con trayectorias laborales muy largas den por hecho que lo tienen todo cubierto. Sin embargo, tras años sin cotizar por motivos personales, despidos acordados o salidas anticipadas del mercado laboral, pueden llegar a la edad de jubilación sin reunir esos dos años recientes que exige la normativa.

En esos expedientes suele encontrarse el mismo patrón: se supera de sobra la carencia genérica, pero la carencia específica queda incompleta. La consecuencia es siempre la misma: denegación de la pensión de jubilación contributiva y necesidad de buscar alternativas.

La importancia real de la carencia específica para la jubilación

Este requisito funciona como un filtro definitivo. La Seguridad Social insiste en que no basta con acumular décadas de cotización si los últimos quince años han transcurrido sin conexión laboral. Es un límite legal que no admite excepciones y que puede dejar a un trabajador fuera del sistema contributivo en el último momento.

Por eso se recomienda revisar la vida laboral con antelación suficiente, comprobar si los periodos recientes cumplen los mínimos exigidos y, en caso contrario, valorar mecanismos para reactivar cotizaciones antes de llegar a la edad de jubilación.

Quien quiera comprobar su situación puede hacerlo en la web de la Seguridad Social. Ahí se puede solicitar el informe de vida laboral, donde figuran todos los periodos cotizados, las fechas de alta y baja, las empresas y el tipo de contrato. Es la herramienta básica para planificar la pensión y evitar problemas en el último momento.