Cuando se agota el paro y se entra en la recta final antes de pedir otra ayuda, el SEPE vuelve a estar en el centro de todas las búsquedas. Fechas, plazos, derechos y un miedo común: perder días cotizados por un mal cálculo en el calendario. No es nuevo, pero sigue generando muchas dudas.
La clave, según el propio Servicio Público de Empleo, no está en cuándo se cobra el último ingreso, sino en algo menos visible y mucho más importante: el día en el que se extingue el derecho a la prestación contributiva. Desde finales de 2024, además, hay cambios que simplifican el proceso y evitan esperas innecesarias.
El SEPE lo deja claro: no manda el banco, manda la fecha oficial
En el caso del subsidio para mayores de 52 años, una de las ayudas más sensibles por su impacto directo en la jubilación, cometer un error de uno o dos días puede salir caro. Por eso el SEPE insiste en distinguir dos conceptos que suelen confundirse: el día en que termina el derecho al paro y el día en que el dinero entra en la cuenta.
No suelen coincidir. El ingreso bancario puede llegar días después, pero el derecho se extingue antes. Y es justo ahí donde empieza a contar el plazo real para pedir el subsidio sin perder ni un solo día de cotización.
SEPE: cuándo se puede pedir el subsidio de mayores de 52 años
Desde el Servicio Público de Empleo explican que el subsidio por agotamiento del paro puede solicitarse desde el día siguiente a aquel en el que se agota la prestación contributiva. No es el día del último cobro, ni el final del mes, ni una fecha aproximada.
Lo importante es la fecha oficial de agotamiento que figura en el expediente del trabajador. Esa es la que marca el punto de partida para iniciar el trámite correctamente.
El propio SEPE ha reiterado que pedir el subsidio antes de tiempo no sirve de nada, y hacerlo tarde puede tener consecuencias. La solicitud solo tiene efecto cuando el derecho anterior ya ha terminado.
El cambio clave que aplica el SEPE desde noviembre de 2024
Hasta hace relativamente poco, el proceso era más lento. Cuando una persona agotaba una prestación y quería acceder a un subsidio, debía esperar un mes completo antes de poder solicitar la nueva ayuda. Ese llamado “mes de espera” desapareció con la reforma del nivel asistencial.
Desde noviembre de 2024, el SEPE permite enlazar una ayuda con otra sin ese periodo en blanco. El objetivo fue reducir trámites y evitar lagunas de cotización innecesarias, especialmente en colectivos cercanos a la jubilación.
En la práctica, esto significa que el subsidio de mayores de 52 años puede empezar a contar desde el día siguiente al agotamiento del paro, siempre que se solicite en plazo.
Plazos oficiales del SEPE para que no se pierdan días
Una vez agotada la prestación contributiva, el SEPE establece un plazo preferente de 15 días hábiles para solicitar el subsidio y que tenga efectos económicos y de cotización desde el primer día posible. Si ese plazo se cumple, no hay pérdida alguna. Si se deja pasar, el derecho no desaparece automáticamente, pero el efecto económico puede retrasarse.
Existe un margen máximo de hasta seis meses para presentar la solicitud, aunque hacerlo más tarde de lo recomendado puede provocar huecos en las cotizaciones, algo especialmente delicado en este subsidio.
Pasos básicos que marca el SEPE para ir sobre seguro:
- Consultar la fecha exacta de agotamiento del paro en la sede electrónica del SEPE
- Presentar la solicitud del subsidio desde el día siguiente a esa fecha
- Realizar el trámite dentro de los 15 días hábiles posteriores
- Verificar que se cumplen todos los requisitos antes de solicitarlo
Requisitos actuales del subsidio según el SEPE
No basta con tener 52 años cumplidos. El SEPE exige una serie de condiciones muy concretas para conceder este subsidio. Entre ellas, haber agotado una prestación contributiva o un subsidio previo, y acreditar un mínimo de seis años cotizados por desempleo a lo largo de la vida laboral.
También se exige carencia de rentas. Esto significa no superar el límite de ingresos personales fijado por norma, sin contar ingresos de la unidad familiar. Es un punto que suele generar confusión y revisiones posteriores. En cuanto a la duración, el subsidio se mantiene hasta que el beneficiario alcanza la edad ordinaria de jubilación que le corresponda. Durante todo ese tiempo, el SEPE sigue cotizando por jubilación.
La ayuda tiene una cuantía fija equivalente al 80% del IPREM. En cifras actuales, eso se traduce en 480 euros mensuales. No es una cantidad elevada, pero su verdadero valor está en la cotización asociada.
El SEPE cotiza por el beneficiario durante todo el periodo de percepción, lo que permite mantener la carrera de cotización activa hasta la jubilación. Por eso, respetar los plazos y fechas oficiales no es un detalle menor.
En resumen, el mensaje del SEPE es claro: el calendario cuenta, pero solo el calendario correcto. Mirar el banco sirve para ahorrar ansiedad, pero para no perder derechos, hay que fijarse en la fecha de agotamiento real del paro y actuar justo después. Ahí está la diferencia.
