La jubilación, la pensión de jubilación y el ingreso mensual que reciben millones de jubilados ya tienen cifra clara para el próximo año. Desde enero de 2026, las pensiones contributivas subirán un 2,7%, siguiendo el dato definitivo del IPC de noviembre. Para quien cobra una pensión de jubilación, el ajuste no es simbólico. Hablamos de más dinero cada mes y de una revalorización automática que afecta directamente al bolsillo de quienes ya están retirados del mercado laboral.
La actualización alcanza a todo el sistema contributivo de la Seguridad Social. Jubilados actuales, pensiones medias y también las pensiones del Régimen de Clases Pasivas entran en esta subida que se aplicará sin necesidad de hacer ningún trámite. En la práctica, la jubilación vuelve a ajustarse al coste real de la vida. El objetivo es sencillo: que la pensión no pierda poder adquisitivo frente a la inflación acumulada del último año.
Jubilación y subida oficial para 2026
La pensión de jubilación contributiva se revalorizará un 2,7% en 2026 conforme al IPC medio interanual. El cálculo se realiza tomando como referencia el periodo comprendido entre diciembre del año anterior y noviembre del año en curso.
Este mecanismo no es nuevo. Está fijado por ley y se aplica de forma automática cada ejercicio. Cuando se confirma el IPC definitivo de noviembre, se cierra el porcentaje que se aplicará a todas las pensiones contributivas desde enero.
La medida afecta a más de 9,4 millones de pensionistas, que en conjunto perciben más de 10 millones de pensiones dentro del sistema público.
Cuánto sube una pensión de jubilación media
La subida se nota especialmente en la pensión media de jubilación, que en 2025 se situaba en torno a los 1.511,51 euros mensuales. Con la revalorización del 2,7%, esa misma pensión pasará a 1.552,32€ al mes en 2026. El incremento anual supera los 570 euros, repartidos en las 14 pagas habituales.
En el conjunto del sistema, la subida media anual para todas las pensiones se sitúa cerca de los 500€, dependiendo del importe que perciba cada persona.
Qué pensiones entran en la revalorización
La subida no distingue entre perfiles de jubilación dentro del sistema contributivo. Se aplica de forma general y automática a todas las pensiones incluidas en este régimen.
Entre las pensiones que se actualizan están:
- Pensiones de jubilación contributiva
- Pensiones de incapacidad permanente
- Pensiones de viudedad contributivas
- Pensiones del Régimen de Clases Pasivas del Estado
No es necesario solicitar nada ni presentar documentación adicional. La Seguridad Social aplica el nuevo importe directamente desde la primera nómina del año.
Por qué la jubilación sube según el IPC
La fórmula actual de revalorización quedó fijada por la Ley 21/2021, que vinculó de forma permanente las pensiones al IPC. El objetivo es evitar pérdidas de poder adquisitivo como las que se produjeron en etapas anteriores. Cada año se utiliza el IPC medio interanual para calcular el porcentaje definitivo. Si los precios suben, la jubilación se ajusta. Si los precios bajan, la pensión no se reduce.
Este sistema busca dar estabilidad y previsión a largo plazo a quienes dependen de su pensión como ingreso principal tras la jubilación.
En términos prácticos, la subida significa más margen mensual para gastos básicos. Alimentación, vivienda, suministros y servicios que han subido de precio quedan parcialmente compensados.
Para muchos jubilados, la pensión es el único ingreso estable. Por eso, aunque el porcentaje pueda parecer moderado, el impacto anual es relevante cuando se suma mes a mes. La jubilación en 2026 arrancará con cifras actualizadas desde enero, sin retrasos ni pagos compensatorios posteriores.
Con el dato definitivo del IPC de noviembre, la subida del 2,7% queda confirmada. No es una previsión ni una estimación, es el porcentaje que se aplicará oficialmente.
La pensión de jubilación entra así en el nuevo año con una actualización ya definida y con efecto inmediato desde el primer pago del ejercicio. Para quienes dependen de su jubilación, el cambio es claro: más ingreso mensual y mantenimiento del valor real de la pensión frente a la inflación.



