Las personas que no alcanzan los años de cotización necesarios para acceder a una pensión contributiva pueden solicitar la pensión no contributiva de jubilación. Esta ayuda garantiza ingresos mínimos cuando las rentas anuales no superan los 7.905,80 euros, una cifra que puede cambiar si se convive con familiares.
La gestión corresponde al Imserso, dentro del marco de la Seguridad Social. Aunque el organismo reconozca el derecho a cobrar la prestación, también puede suspenderla o retirarla si detecta que no se cumplen las obligaciones del beneficiario o si se producen cambios que afectan a los requisitos.
Seguridad Social: motivos que permiten retirar la pensión no contributiva
La primera causa es superar los límites de ingresos exigidos. Para mantener la pensión, la persona debe acreditar rentas inferiores a 7.905,80 euros al año. Si convive con cónyuge o familiares de hasta segundo grado, los topes aumentan: 13.439,86 euros para dos convivientes y 18.973,92 euros para tres. Cuantas más personas convivan, mayor es el límite permitido.
También puede suspenderse la pensión si no se notifican cambios personales o familiares. El Imserso debe conocer situaciones como nuevos matrimonios, fallecimientos o modificaciones en la convivencia, ya que estos datos influyen en la cuantía final. Si la información no se comunica, la entidad puede detener el pago temporalmente.
Otra causa habitual es la mejora económica o laboral. Si el beneficiario empieza a percibir ingresos adicionales que elevan sus rentas por encima del umbral establecido y no lo comunica, pierde el derecho a seguir cobrando la ayuda. En determinados casos, la Seguridad Social puede solicitar la devolución de cantidades cobradas indebidamente.
Importancia de presentar la declaración anual
La declaración anual de ingresos es obligatoria para todas las personas que cobran esta pensión. Si no se presenta dentro del plazo o si los datos facilitados son incorrectos o incompletos, la Administración puede suspender el pago mientras se revisa la situación. Cuando la irregularidad es prolongada, la prestación puede retirarse de forma definitiva.
El trámite permite verificar las rentas de todo el año y comprobar si se mantiene la carencia económica que exige la pensión no contributiva. Por ello, es uno de los controles más importantes del procedimiento.
Residencia y otros requisitos a tener en cuenta
Para conservar la pensión no contributiva, es necesario residir de forma habitual en España. Si el beneficiario se traslada al extranjero sin autorización o sin comunicarlo, puede perder el derecho a la prestación. La residencia continuada es un requisito básico, junto con la carencia de ingresos y el cumplimiento de la revisión anual.
El Imserso recuerda que cualquier modificación económica, familiar o de residencia debe notificarse lo antes posible. De esta forma se evita la suspensión del pago y se mantiene la pensión sin interrupciones.
