Hoy en día, la práctica de yoga cada día se extiende más. Cada vez son más personas quienes se acercan a esta disciplina con el fin de encontrar algo más allá que les permita ofrecer un significado a sus vidas, aparte del equilibrio mental y los beneficios físicos que te aporta, por supuesto, que son muchos.
Una oportunidad de parar por un momento y hacer una especie de impasse en absolutamente todas las tareas que tenemos que realizar durante el día, y que muchas de ellas, las hacemos en piloto automático. Así, conectarse con una misma, siempre es buena idea en cualquier momento, Pero ¿qué dice en realidad la filosofía yóguica?
La hora de practicar yoga
Según la filosofía tradicional yóguica, lo mejor es realizar una práctica matutina. Según sale el sol a primera hora de la mañana, realizas una secuencia de posturas que te aportan energía. Antes de desayunar, es lo ideal. A nivel físico, ayuda a tu cuerpo a que se despierte y a que se liberen todas las tensiones producidas durante el sueño y ayudas a que el cuerpo se descomprima de las posturas de la cama.
La inercia durante el sueño también puede producir que los músculos se agarroten, por lo que la práctica física a primera hora de la mañana, aunque depende qué tipo de práctica, puede dejarte repleta de energía y lista para hacer todo lo que quieras durante el día ¡es así!
Así que, lo bueno es que, si no cuentas con un estudio para practicar en compañía, desde casa, existen determinadas posturas que, al levantarte, pueden convertirse en tu mejor rutina para afrontar el resto del día con optimismo y, sobre todo, energía.
Yoga: suave o dinámico por las mañanas
Es cierto que no a todo el mundo le resulta agradable ponerse un despertador porque tienes que practicar yoga para tener energía durante el día. Puede que resulte, incluso, más un suplicio que otra cosa, y no tienes que obligarte a hacerlo, ya que esto hasta puede desanimarte. Sin embargo, siempre puedes encontrar algo que se adapte a tus necesidades.
La hora de la práctica ideal es cuando sale el sol, es decir a eso de las 06:00 am, y con una práctica activa, tus músculos se activan y en te puedes comer el día. Sin embargo, si esto no es realista para ti, puedes practicar una meditación sentada de cinco minutos, y hacer 3 posturas nada más levantarte.
Por la tarde. Al final de la tarde, antes de la cena, también es un buen momento para hacer yoga. Te decides a ir para desconectar después del trabajo, y puede ayudarte a dejar de lado cualquier cosa que haya sucedido a lo largo del día. Puede convertirse en tu ritual, tu momento y tu ceremonia que marca el final de tu jornada hacia tu momento zen del día.
Además, puede abrir tu apetito a la hora de la cena. Muchas personas adoran practicar por la tarde, porque, además, después de estar todo el día moviéndote, tu cuerpo está más flexible y abierto que a primera hora de la mañana.
Por la noche. Finalmente, al anochecer, justo antes de acostarse, puede ser un momento óptimo para una práctica de yoga más suave como el yin yoga. Lo ideal es no practicar nada que sea muy dinámico por la noche ya que corres el riesgo de activarte demasiado.
En definitiva, cualquier hora es buena para practicar siempre y cuando se adecúe a tu cuerpo y necesidades. Practicar yoga es un momento de relax, desconexión, relajación y es un momento para ti y para honrar a tu cuerpo. Ten en cuenta tus niveles de energía en cada momento y, sobre todo, disfruta y pásatelo bien. No existe una forma perfecta ni “correcta” de practicar, sino que la idea se basa en la experimentación.